Populism in
the Civil Sphere J.
C. Alexander, P. Kivisto & G. Sciortino (Eds.) Cambridge: Polity Press. 2021,
316 p. ISBN:
978-1-509-54473-8 Alejandro López
Gallegos https://orcid.org/0000-0003-0190-2711 Universidad
Autónoma Metropolitana, Unidad
Azcapotzalco |
Este volumen
colectivo trata de ilustrar cómo la Teoría de la Esfera Civil (TEC) puede
contribuir a la comprensión del populismo. La TEC es una de las ramificaciones
de la llamada “sociología cultural” y representa la contribución de dicho
paradigma a la teorización de la democracia liberal moderna
Populism in the Civil Sphere se compone, en su
mayor parte, por un conjunto de estudios de caso sobre diversos proyectos
populistas a lo largo del mundo. Celso Villegas analiza la dinámica del
discurso antipopulista en Filipinas, con especial
referencia al ascenso del proyecto populista de Rodrigo Duterte.
La trayectoria de Recep Erdogan en Turquía es el tema
del capítulo de Ates Altirnodou. Nelson Arteaga
explora los primeros atisbos del performance presidencial de Andrés Manuel
López Obrador en México, que apuntan rasgos populistas en su proyecto de
transformación política. En su contribución, María Luengo y Malgorzata
Kolankowska indagan sobre la consolidación, en
Polonia, del proyecto populista de derecha del partido Ley y Justicia (PiS, por sus siglas en polaco). Bernadette Nadya Jaworski se concentra en el predominio de los discursos
populistas antiinmigrantes en las campañas electorales recientes de la
República Checa. El relativo éxito electoral reciente del partido populista
Alternativa para Alemania (AfD, por sus
siglas en alemán) es el tema del trabajo de Werner Binder. Henrik Enroth se ocupa del incipiente, pero también relativamente
exitoso, movimiento populista de los Demócratas Suecos. El caso del célebre
político comunista chino Bo Xilai es analizado como
un caso de populismo en la “esfera civil comunista” de China por Andrew Junker. Finalmente, Jason L. Mast
ofrece un análisis de la trayectoria del populismo “reactivo” norteamericano
desde sus primeras manifestaciones registradas hasta su encarnación más
reciente en la figura de Donald Trump.
El volumen queda enmarcado conceptualmente con las
contribuciones de Jeffrey Alexander (Introducción), los capítulos de Marcus
Morgan y Carlo Tognato, y las Conclusiones a cargo de
Peter Kivisto y Giuseppe Sciortino.
La TEC sostiene que
el orden político democrático depende de una infraestructura cultural,
comunicativa y regulativa que se encarna en la “esfera civil”. Esta es un
ámbito, parcialmente institucionalizado, de organización de la experiencia
social en torno al singular lazo social denominado solidaridad civil. La
solidaridad civil es un ideal universal de empatía, convivencia e igualdad
entre conciudadanos, pero es también un sentimiento real que se actualiza en
acciones concretas con los demás. Esta experiencia tiene como fundamento, por
un lado, la existencia de una estructura simbólica generalizada (el discurso
binario de la sociedad civil) que organiza, mediante el significado, nuestra
percepción del mundo social, el discurso de la sociedad civil; por el otro, la
existencia de las instituciones comunicativas y regulativas que instan
concretamente la solidaridad civil.
La promesa de la
solidaridad civil universal se ve confrontada por las contratendencias de las
esferas no civiles, así como por la dialéctica interna de la concreción de la
propia esfera civil. Como señala Alexander (2006): las “sociedades civiles
reales” se basan en una exclusión inherente, que tiene como origen el binarismo
del discurso de la sociedad civil (los miembros “civiles” vs. las
amenazas “no civiles”). Las “sociedades civiles reales” también están divididas
internamente, debido a los procesos empíricos de instanciación en términos
temporales y espaciales que suponen la distinción entre diversos tipos de
membresía. Finalmente, las sociedades civiles reales interactúan con otras
esferas sociales gobernadas por otras exigencias, exigencias funcionales que
ignoran el llamado de libertad y equidad de la solidaridad civil. Por tanto,
las perspectivas de la esfera civil requieren de la constante actualización de
su promesa, frente a las amenazas provenientes de sus propias tendencias
anticiviles y las tendencias anticiviles de las esferas no civiles. Alexander
llama a esta actualización constante, el trabajo de “reparación civil”.
Este es el marco
esquemático para entender la captación conceptual del fenómeno populista en
este volumen. Las contribuciones de este libro se alejan de la idea de que el populismo es una suerte
de “patología” política de la democracia o lo contrario de ésta. El populismo
sería intrínseco a la vida democrática (aunque no intrínsecamente democrático o
democratizante). Jeffrey Alexander sostiene: “El populismo no es una desviación
democrática, sino una dimensión que aparece naturalmente en la democracia
cotidiana” (p. 1). Andrew Junker, incluso, sostendría
que el populismo no solo sería inherente a la dinámica democrática, sino a la
dinámica misma de la representación política moderna, en tanto fundamentada en
la soberanía popular: de ahí que el populismo como fenómeno también pueda aparecer
en esferas civiles no democráticas o parcialmente democráticas (p. 236).
En el volumen se enfatiza la necesidad de comprender el
populismo desde la perspectiva de las modalidades de construcción del
significado político. Marcus Morgan define al populismo como un “modo formal de
significación política”. Jason L. Mast afirma del
populismo que es “una orientación significativa hacia el mundo social. Se
organiza mediante el lenguaje y se cultiva a través de la comunicación” (p.
259). Peter Kivisto y Giuseppe Sciortino
hablan de “performances populistas” que se basan en un “repertorio” de
discursos que “combinan una amplia variedad de materiales simbólicos” (pp.
291-292).
En algunas de las contribuciones se sugiere que el
“éxito” y “expansión” de los diversos proyectos populistas a lo largo del mundo
tienen que ver con la forma en que estos proyectos se vinculan con las
tensiones de las esferas civiles y representan, en este sentido, esfuerzos de
“reparación civil”. Alexander señala que “los movimientos populistas […] buscan
ampliar la incorporación y fortalecer el poder civil […] buscan purificar la
esfera civil comprometida, superar la fragmentación y la polarización en nombre
de una cohesión más civil y un pueblo más virtuoso” (p. 6). Marcus Morgan insiste
en que “aunque el populismo puede, ciertamente, generar efectos anticiviles, no hay nada inherente en él que le impida
actuar también para promover la ‘reparación civil’” (p. 17). En varias
contribuciones se busca hacer la distinción entre populismos “civiles” y “anticiviles”. Carlo Tognato
reconoce “formas productivas de populismo” “que no amenazan la vida civil, sino
que contribuyen a sostenerla” y que son “instrumentos potenciales de reparación
y consolidación civil” (p. 279). De modo similar, Alexander y Jason L. Mast apuntan a la necesidad de distinguir entre populismos
“reactivos” (backslash) y “progresivos” (frontslash).
A pesar de reconocer esta diferenciación en los proyectos
populistas, en el volumen predominan las propuestas analíticas sobre cómo los
populismos socavan las esferas civiles democráticas. Tognato
señala que las formas destructivas de populismo realizan sistemáticamente
“simulaciones civiles” (civil mimicry), es
decir, usan las mismas operaciones de “traducción civil” que las formas productivas
de populismo, pero en vez de utilizar la “polarización civil” como un
instrumento de reformas incluyentes, los transforman en una estrategia
permanente para “exacerbar las divisiones sociopolíticas que fracturan la
sociedad” (p. 283). Más enfáticamente, Kivisto y Sciortino dudan que los “performances populistas” (sean
“reactivos” o “progresivos”; de “derecha” o de “izquierda”) puedan tener
potenciales de “reparación civil”. Para ellos, los performances populistas
comparten rasgos que los hacen inherentemente “antidemocráticos”: la
preferencia por los “modales vulgares”, la “suspicacia respecto a las
minorías”, la “oposición al pluralismo” y la “desconfianza” o “franca
oposición” a la “división de poderes” y el “imperio de la ley” (p. 298). Solo Marcus
Morgan aduce una defensa decidida de los potenciales de reparación civil de los
proyectos populistas, pero no elabora a profundidad las condiciones y formas en
que ese potencial se podría desarrollar. Se limita a señalar que, precisamente
como señala la TES, el conflicto polarizado no es necesariamente
antidemocrático, sino una condición para la inclusión democrática bajo ciertas
condiciones, y que el populismo, a diferencia de lo que piensan Kivisto y Sciortino, no es
inherentemente antipluralista.
Una discusión inacabada es la relación entre, por un
lado, los populismos “reactivos” y “progresivos” y los populismos de “derecha”
e “izquierda”. Alexander plantea que los polos ideológicos izquierda y derecha,
en sí mismos, no permiten establecer el carácter reactivo o progresivo de un
proyecto populista: los populismos de izquierda y derecha pueden ser “fatales”
para la democracia si son llevados a sus “extremos”. Mast,
por su parte, plantea que el populismo reactivo con su tendencia a “achicar” el
tamaño de las esferas civiles y “primordializar” las
virtudes cívicas de inclusión, son más bien de derecha, mientras que los
populismos progresivos, con su proclividad a denunciar la invasión de la esfera
civil por parte de grupos poderosos provenientes de las esferas no civiles
(principalmente económicas) serían más característicos en un proyecto de
izquierda.
Esta es un área de oportunidad que se desprende de este
volumen: reconocido el potencial civil, democratizante, del populismo, cabría
profundizar en los modos en que dichos potenciales realmente se producen,
dentro de los confines de la teorización de la TEC. Esto parece particularmente
relevante para América Latina, en los cuales, incluso entre los contribuyentes
a este volumen, se admite que los proyectos populistas que han surgido
recientemente en la región son diametralmente opuestos a los proyectos
populistas de otras partes del mundo (particularmente Europa y Estados Unidos).
Todas las definiciones sobre el populismo coinciden en
que su clasificación binaria primordial es aquella que diferencia el pueblo
“puro” vs. la élite “corrupta”. Lo que los análisis de sociología
cultural iluminan es la forma en que esa clasificación binaria central, se
entremezcla con otros binarios clasificatorios, explicando, así, el modo en que
el populismo se vuelve exitoso en cada contexto concreto. Por ejemplo, en el
caso de México, Nelson Arteaga trata de ilustrar el modo en que la división
pueblo vs. élite en el proyecto populista de López Obrador solo puede
comprenderse (en sus efectos complejos sobre la democratización mexicana) si se
observa la combinatoria semiótica que se produce al articular dicha
clasificación con los códigos de la izquierda política mexicana y lo que
denomina el “código patrimonialista” en México, un modo específico de
clasificación semiótico-política en el que, ante todo, la conducta política es
valorada en función de su apego a las “normas patrimoniales” más que las normas
legales (p. 99).
Algunos de los estudios de caso, refuerzan el análisis de
las manifestaciones discursivas del manejo de las clasificaciones binarias de
los proyectos populistas recurriendo a otros conceptos del repertorio de la
sociología cultural. Así, en su análisis del gobierno populista de extrema
derecha en Polonia, Luengo y […] recurren al concepto de “trauma”, para
ilustrar el modo en que acontecimientos constituyen oportunidades de
reconstrucción semiótica donde los binarias populistas primordialistas
pueden consolidar su proyecto exclusionista. O, en el
análisis de Binder sobre la agrupación populista de extrema derecha, Alternativa
para Alemania, recurre al concepto de “cultura de memoria” para mostrar
cómo el populismo de extrema derecha en Alemania se ha consolidado mediante una
resignificación de las “memorias oficiales” sobre el Holocausto en Alemania. La
reconstrucción cultural del pasado también es un elemento dentro de la
construcción del discurso de la sociedad civil.
Un punto de crítica que puede hacerse, en términos
metodológicos, es que, a pesar de que el proyecto de sociología cultural admite
una variedad de objetos de estudio y metodologías variadas para fomentar el
funcionamiento de los performances políticos, casi la totalidad de los estudios
de caso recurren al estudio de lo que podríamos llamar el “performance
discursivo” de los actores populistas analizados, privilegiando como fuente de
datos discursos públicos, documentos y reportes de medios masivos de
comunicación. Pero, como indica el propio proyecto, muchas otras instancias
empíricas podrían permitir ilustrar el performance populista para comprender su
funcionamiento: ceremonias, rituales políticos, etc. Aquí, nuevamente, la
sociología cultural ofrece un rico nicho para continuar los análisis propuestos
en este volumen.
En resumen, a pesar de que numerosas críticas han
señalado que el proyecto de la sociología cultural y, en específico, su
ramificación en la forma de la TEC, expresan un “provincianismo” norteamericano
acusado, tanto para comprender sociológicamente el papel de la cultura, así
como para conceptualizar los desafíos contemporáneos de las democracias
realmente existentes, este volumen, en su esfuerzo deliberado por hacer
dialogar sobre diversas experiencias alrededor del mundo en torno al fenómeno
populista, puede considerarse como una fuente para contribuir a su comprensión
integral. Por lo menos, puede ser útil para todas y todos aquellos interesados
en los cruces entre la cultura y los procesos políticos que, en especial con
respecto al populismo, siguen siendo fructíferas vías de análisis e
investigación.
Referencias
bibliográficas
Alexander, J. C. (2006). The civil sphere. Oxford University Press.
Alejandro López Gallegos
Mexicano. Doctor y maestro en Estudios
Sociales en la Línea de Procesos Políticos y licenciado en sociología por la
Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa. Actualmente es
profesor-investigador en el Departamento de Sociología de la Universidad
Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco. Líneas de investigación: el análisis
cultural de los procesos políticos, en especial los movimientos sociales y
aplicaciones del análisis del discurso en la sociología política. Últimas
publicaciones: “Cultura, política y discurso público: notas teóricas para una
propuesta de investigación” y “Símbolos, lenguaje y espectáculo en la
democracia. El escepticismo político de Murray Edelman (en coautoría con
Aquiles Chihu Amparán).