Populism in the Civil Sphere

 

 

J. C. Alexander, P. Kivisto & G. Sciortino (Eds.)

Cambridge: Polity Press.

2021, 316 p.

ISBN: 978-1-509-54473-8

 

Alejandro López Gallegos

 https://orcid.org/0000-0003-0190-2711

Universidad Autónoma Metropolitana,

Unidad Azcapotzalco

alga@azc.uam.mx

 

 

Este volumen colectivo trata de ilustrar cómo la Teoría de la Esfera Civil (TEC) puede contribuir a la comprensión del populismo. La TEC es una de las ramificaciones de la llamada “sociología cultural” y representa la contribución de dicho paradigma a la teorización de la democracia liberal moderna (Alexander, 2006).

Populism in the Civil Sphere se compone, en su mayor parte, por un conjunto de estudios de caso sobre diversos proyectos populistas a lo largo del mundo. Celso Villegas analiza la dinámica del discurso antipopulista en Filipinas, con especial referencia al ascenso del proyecto populista de Rodrigo Duterte. La trayectoria de Recep Erdogan en Turquía es el tema del capítulo de Ates Altirnodou. Nelson Arteaga explora los primeros atisbos del performance presidencial de Andrés Manuel López Obrador en México, que apuntan rasgos populistas en su proyecto de transformación política. En su contribución, María Luengo y Malgorzata Kolankowska indagan sobre la consolidación, en Polonia, del proyecto populista de derecha del partido Ley y Justicia (PiS, por sus siglas en polaco). Bernadette Nadya Jaworski se concentra en el predominio de los discursos populistas antiinmigrantes en las campañas electorales recientes de la República Checa. El relativo éxito electoral reciente del partido populista Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán) es el tema del trabajo de Werner Binder. Henrik Enroth se ocupa del incipiente, pero también relativamente exitoso, movimiento populista de los Demócratas Suecos. El caso del célebre político comunista chino Bo Xilai es analizado como un caso de populismo en la “esfera civil comunista” de China por Andrew Junker. Finalmente, Jason L. Mast ofrece un análisis de la trayectoria del populismo “reactivo” norteamericano desde sus primeras manifestaciones registradas hasta su encarnación más reciente en la figura de Donald Trump.

El volumen queda enmarcado conceptualmente con las contribuciones de Jeffrey Alexander (Introducción), los capítulos de Marcus Morgan y Carlo Tognato, y las Conclusiones a cargo de Peter Kivisto y Giuseppe Sciortino.

La TEC sostiene que el orden político democrático depende de una infraestructura cultural, comunicativa y regulativa que se encarna en la “esfera civil”. Esta es un ámbito, parcialmente institucionalizado, de organización de la experiencia social en torno al singular lazo social denominado solidaridad civil. La solidaridad civil es un ideal universal de empatía, convivencia e igualdad entre conciudadanos, pero es también un sentimiento real que se actualiza en acciones concretas con los demás. Esta experiencia tiene como fundamento, por un lado, la existencia de una estructura simbólica generalizada (el discurso binario de la sociedad civil) que organiza, mediante el significado, nuestra percepción del mundo social, el discurso de la sociedad civil; por el otro, la existencia de las instituciones comunicativas y regulativas que instan concretamente la solidaridad civil. 

La promesa de la solidaridad civil universal se ve confrontada por las contratendencias de las esferas no civiles, así como por la dialéctica interna de la concreción de la propia esfera civil. Como señala Alexander (2006): las “sociedades civiles reales” se basan en una exclusión inherente, que tiene como origen el binarismo del discurso de la sociedad civil (los miembros “civiles” vs. las amenazas “no civiles”). Las “sociedades civiles reales” también están divididas internamente, debido a los procesos empíricos de instanciación en términos temporales y espaciales que suponen la distinción entre diversos tipos de membresía. Finalmente, las sociedades civiles reales interactúan con otras esferas sociales gobernadas por otras exigencias, exigencias funcionales que ignoran el llamado de libertad y equidad de la solidaridad civil. Por tanto, las perspectivas de la esfera civil requieren de la constante actualización de su promesa, frente a las amenazas provenientes de sus propias tendencias anticiviles y las tendencias anticiviles de las esferas no civiles. Alexander llama a esta actualización constante, el trabajo de “reparación civil”.

Este es el marco esquemático para entender la captación conceptual del fenómeno populista en este volumen. Las contribuciones de este libro se alejan de la idea de que el populismo es una suerte de “patología” política de la democracia o lo contrario de ésta. El populismo sería intrínseco a la vida democrática (aunque no intrínsecamente democrático o democratizante). Jeffrey Alexander sostiene: “El populismo no es una desviación democrática, sino una dimensión que aparece naturalmente en la democracia cotidiana” (p. 1). Andrew Junker, incluso, sostendría que el populismo no solo sería inherente a la dinámica democrática, sino a la dinámica misma de la representación política moderna, en tanto fundamentada en la soberanía popular: de ahí que el populismo como fenómeno también pueda aparecer en esferas civiles no democráticas o parcialmente democráticas (p. 236).

En el volumen se enfatiza la necesidad de comprender el populismo desde la perspectiva de las modalidades de construcción del significado político. Marcus Morgan define al populismo como un “modo formal de significación política”. Jason L. Mast afirma del populismo que es “una orientación significativa hacia el mundo social. Se organiza mediante el lenguaje y se cultiva a través de la comunicación” (p. 259). Peter Kivisto y Giuseppe Sciortino hablan de “performances populistas” que se basan en un “repertorio” de discursos que “combinan una amplia variedad de materiales simbólicos” (pp. 291-292).

En algunas de las contribuciones se sugiere que el “éxito” y “expansión” de los diversos proyectos populistas a lo largo del mundo tienen que ver con la forma en que estos proyectos se vinculan con las tensiones de las esferas civiles y representan, en este sentido, esfuerzos de “reparación civil”. Alexander señala que “los movimientos populistas […] buscan ampliar la incorporación y fortalecer el poder civil […] buscan purificar la esfera civil comprometida, superar la fragmentación y la polarización en nombre de una cohesión más civil y un pueblo más virtuoso” (p. 6). Marcus Morgan insiste en que “aunque el populismo puede, ciertamente, generar efectos anticiviles, no hay nada inherente en él que le impida actuar también para promover la ‘reparación civil’” (p. 17). En varias contribuciones se busca hacer la distinción entre populismos “civiles” y “anticiviles”. Carlo Tognato reconoce “formas productivas de populismo” “que no amenazan la vida civil, sino que contribuyen a sostenerla” y que son “instrumentos potenciales de reparación y consolidación civil” (p. 279). De modo similar, Alexander y Jason L. Mast apuntan a la necesidad de distinguir entre populismos “reactivos” (backslash) y “progresivos” (frontslash).

A pesar de reconocer esta diferenciación en los proyectos populistas, en el volumen predominan las propuestas analíticas sobre cómo los populismos socavan las esferas civiles democráticas. Tognato señala que las formas destructivas de populismo realizan sistemáticamente “simulaciones civiles” (civil mimicry), es decir, usan las mismas operaciones de “traducción civil” que las formas productivas de populismo, pero en vez de utilizar la “polarización civil” como un instrumento de reformas incluyentes, los transforman en una estrategia permanente para “exacerbar las divisiones sociopolíticas que fracturan la sociedad” (p. 283). Más enfáticamente, Kivisto y Sciortino dudan que los “performances populistas” (sean “reactivos” o “progresivos”; de “derecha” o de “izquierda”) puedan tener potenciales de “reparación civil”. Para ellos, los performances populistas comparten rasgos que los hacen inherentemente “antidemocráticos”: la preferencia por los “modales vulgares”, la “suspicacia respecto a las minorías”, la “oposición al pluralismo” y la “desconfianza” o “franca oposición” a la “división de poderes” y el “imperio de la ley” (p. 298). Solo Marcus Morgan aduce una defensa decidida de los potenciales de reparación civil de los proyectos populistas, pero no elabora a profundidad las condiciones y formas en que ese potencial se podría desarrollar. Se limita a señalar que, precisamente como señala la TES, el conflicto polarizado no es necesariamente antidemocrático, sino una condición para la inclusión democrática bajo ciertas condiciones, y que el populismo, a diferencia de lo que piensan Kivisto y Sciortino, no es inherentemente antipluralista.

Una discusión inacabada es la relación entre, por un lado, los populismos “reactivos” y “progresivos” y los populismos de “derecha” e “izquierda”. Alexander plantea que los polos ideológicos izquierda y derecha, en sí mismos, no permiten establecer el carácter reactivo o progresivo de un proyecto populista: los populismos de izquierda y derecha pueden ser “fatales” para la democracia si son llevados a sus “extremos”. Mast, por su parte, plantea que el populismo reactivo con su tendencia a “achicar” el tamaño de las esferas civiles y “primordializar” las virtudes cívicas de inclusión, son más bien de derecha, mientras que los populismos progresivos, con su proclividad a denunciar la invasión de la esfera civil por parte de grupos poderosos provenientes de las esferas no civiles (principalmente económicas) serían más característicos en un proyecto de izquierda.

Esta es un área de oportunidad que se desprende de este volumen: reconocido el potencial civil, democratizante, del populismo, cabría profundizar en los modos en que dichos potenciales realmente se producen, dentro de los confines de la teorización de la TEC. Esto parece particularmente relevante para América Latina, en los cuales, incluso entre los contribuyentes a este volumen, se admite que los proyectos populistas que han surgido recientemente en la región son diametralmente opuestos a los proyectos populistas de otras partes del mundo (particularmente Europa y Estados Unidos).

Todas las definiciones sobre el populismo coinciden en que su clasificación binaria primordial es aquella que diferencia el pueblo “puro” vs. la élite “corrupta”. Lo que los análisis de sociología cultural iluminan es la forma en que esa clasificación binaria central, se entremezcla con otros binarios clasificatorios, explicando, así, el modo en que el populismo se vuelve exitoso en cada contexto concreto. Por ejemplo, en el caso de México, Nelson Arteaga trata de ilustrar el modo en que la división pueblo vs. élite en el proyecto populista de López Obrador solo puede comprenderse (en sus efectos complejos sobre la democratización mexicana) si se observa la combinatoria semiótica que se produce al articular dicha clasificación con los códigos de la izquierda política mexicana y lo que denomina el “código patrimonialista” en México, un modo específico de clasificación semiótico-política en el que, ante todo, la conducta política es valorada en función de su apego a las “normas patrimoniales” más que las normas legales (p. 99).

Algunos de los estudios de caso, refuerzan el análisis de las manifestaciones discursivas del manejo de las clasificaciones binarias de los proyectos populistas recurriendo a otros conceptos del repertorio de la sociología cultural. Así, en su análisis del gobierno populista de extrema derecha en Polonia, Luengo y […] recurren al concepto de “trauma”, para ilustrar el modo en que acontecimientos constituyen oportunidades de reconstrucción semiótica donde los binarias populistas primordialistas pueden consolidar su proyecto exclusionista. O, en el análisis de Binder sobre la agrupación populista de extrema derecha, Alternativa para Alemania, recurre al concepto de “cultura de memoria” para mostrar cómo el populismo de extrema derecha en Alemania se ha consolidado mediante una resignificación de las “memorias oficiales” sobre el Holocausto en Alemania. La reconstrucción cultural del pasado también es un elemento dentro de la construcción del discurso de la sociedad civil.

Un punto de crítica que puede hacerse, en términos metodológicos, es que, a pesar de que el proyecto de sociología cultural admite una variedad de objetos de estudio y metodologías variadas para fomentar el funcionamiento de los performances políticos, casi la totalidad de los estudios de caso recurren al estudio de lo que podríamos llamar el “performance discursivo” de los actores populistas analizados, privilegiando como fuente de datos discursos públicos, documentos y reportes de medios masivos de comunicación. Pero, como indica el propio proyecto, muchas otras instancias empíricas podrían permitir ilustrar el performance populista para comprender su funcionamiento: ceremonias, rituales políticos, etc. Aquí, nuevamente, la sociología cultural ofrece un rico nicho para continuar los análisis propuestos en este volumen.

En resumen, a pesar de que numerosas críticas han señalado que el proyecto de la sociología cultural y, en específico, su ramificación en la forma de la TEC, expresan un “provincianismo” norteamericano acusado, tanto para comprender sociológicamente el papel de la cultura, así como para conceptualizar los desafíos contemporáneos de las democracias realmente existentes, este volumen, en su esfuerzo deliberado por hacer dialogar sobre diversas experiencias alrededor del mundo en torno al fenómeno populista, puede considerarse como una fuente para contribuir a su comprensión integral. Por lo menos, puede ser útil para todas y todos aquellos interesados en los cruces entre la cultura y los procesos políticos que, en especial con respecto al populismo, siguen siendo fructíferas vías de análisis e investigación.

 

Referencias bibliográficas

Alexander, J. C. (2006). The civil sphere. Oxford University Press.

 

Alejandro López Gallegos

Mexicano. Doctor y maestro en Estudios Sociales en la Línea de Procesos Políticos y licenciado en sociología por la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa. Actualmente es profesor-investigador en el Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco. Líneas de investigación: el análisis cultural de los procesos políticos, en especial los movimientos sociales y aplicaciones del análisis del discurso en la sociología política. Últimas publicaciones: “Cultura, política y discurso público: notas teóricas para una propuesta de investigación” y “Símbolos, lenguaje y espectáculo en la democracia. El escepticismo político de Murray Edelman (en coautoría con Aquiles Chihu Amparán).