MARCELO ALEJANDRO PIFFAUT GÁLVEZ Universidad de Kioto Recibido traducción Marcelo
Alejandro Piffaut
Gálvez
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Hispanoamericanos profesionales en
China: influencia del poder blando chino en la motivación migratoria Resumen: Inmigrantes
profesionales hispanoamericanos sin vínculos culturales o ascendencia china
han elegido este país como destino migratorio, una temática aún no estudiada.
El objetivo es comprender sus motivaciones, y para ello 19 hombres y 6
mujeres participaron en entrevistas en profundidad y encuestas. Se observa
que, especialmente en la generación Y, la elección del destino va más allá de
factores económicos, influenciada por el poder blando chino a través de
medios y educación. Estos medios sirven como puentes interculturales; a nivel
meso-social, previos a la migración, conectando aspectos macroestructurales
con decisiones individuales. Además, se evidencia que el influjo de estos
medios es menos relevante en la generación anterior, subrayando la
importancia del cambio generacional. Sostenemos que el consumo personalizado
de productos culturales individualiza las motivaciones y respalda las
decisiones. Palabras
clave:
Inmigración; China; América Latina; instituciones de enseñanza; motivación
Professional Hispano-Americans in China:
Influence of Chinese Soft Power on Immigration Motivation Abstract: Professional Hispano-American immigrants without
Chinese ancestry or cultural ties with this country have chosen it as their
migratory destination, a topic that remains understudied. The objective is to
comprehend their motivations, and to achieve this, 19 men and 6 women
participated in in-depth interviews and surveys. It was observed that,
especially for Generation Y, destination selection transcends economic
factors, influenced by Chinese soft power through media and education. These
mediums serve as intercultural bridges; at the meso-social level, prior to migration,
connecting macrostructural conditions with the individual decision-making.
Furthermore, it became evident that those influences are less relevant for
the previous generation, emphasizing the importance of generational change.
We argue that the individualized consumption of cultural products
individualizes motivations and supports decision-making. Keywords: Immigration; China; Latin America; educational
institutions; motivation
Cómo citar Piffaut, M. (2023). Hispanoamericanos profesionales en China: influencia del poder blando chino en la motivación migratoria. Culturales, 11, e759. https://doi.org/10.22234/recu.20231101.e759 |
Introducción
En lo que va del siglo XXI el número de migrantes
internacionales ha aumentado rápidamente en todo el mundo. En 2020 había
alrededor 281 millones de migrantes, lo que representa un incremento de 128
millones en tres décadas (IOM, 2022). El Departamento de Asuntos Económicos y
Sociales de las Naciones Unidas define a los migrantes internacionales como
personas que se mudan a un país diferente a su lugar de residencia original y
que residen en el país receptor durante al menos 12 meses, independientemente
del motivo de la migración o de su estatus legal[1].
La misma República Popular China (en adelante: China) tiene una de las
comunidades transnacionales[2] más
grandes del mundo, con cerca de 10 millones de migrantes internacionales chinos
(cifra de 2020), principalmente en Canadá, Australia, República de Corea,
Japón, Estados Unidos y Singapur (IOM, 2022).
Por otro lado, incluso países que históricamente
tienen bajas tasas de inmigración internacional, como China, han visto como
aumentan los residentes extranjeros. En las últimas dos décadas, el país
asiático ha implementado políticas para atraer estudiantes internacionales y,
en los últimos años, se ha convertido en el principal destino en Asia, con casi
medio millón de estudiantes extranjeros, y que son oportunidades que pueden
transformarse en un puente para que estos se conviertan en trabajadores en el
país (Qi, 2021). En 2019 1,030,871 residentes extranjeros residían en China, lo
cual representaba un 0.07% de la población total. Los principales territorios
de procedencia son Hong Kong (284,848) y Corea del Sur (196,874). Para el caso
de inmigrantes latinoamericanos los dos principales países de procedencia son
Brasil (78,301) y Perú (14,211).[3]
Actualmente, China se desarrolla como potencia mundial
emergente, y en consecuencia se encuentra en un proceso de transición de nación
predominantemente emisora de migrantes a una receptora de inmigrantes
internacionales.[4]
Debido a que este cambio es reciente, los estudios de migración en China
todavía se centran principalmente en la migración laboral interna, con un rico
corpus al respecto (Qian y Florence, 2021; Gao, 2021; Sun, 2014; Liu et al.,
2015; Pun, 2016); además de investigaciones sobre migraciones internas forzosas
debido a proyectos estatales de desarrollo (Feng, Zhu y Wang, 2021). Sin embargo, con el aumento de extranjeros en
las grandes ciudades, se están realizando más estudios al respecto. Estos
abarcan investigaciones sobre migración altamente calificada (Li et al., 2021),
experiencias de comerciantes africanos en el sur del país (Carling y Haugen,
2021; Jordan et al., 2021), y respecto a las políticas chinas para atraer
inmigrantes e internacionalizar sus principales ciudades, convirtiéndolas en
urbes globales (Ong, 2011).
Dado que estas indagaciones están en sus primeras
etapas, encontramos generalizaciones muy amplias, como el uso del término
“western expats” (Cai y Su, 2021), y deficiencias en las definiciones internas
de inmigrantes occidentales del norte global o de África. En este contexto, es
esencial desarrollar un enfoque preciso para cada minoría inmigrante de
diversas regiones del mundo, incluida Hispanoamérica. Es así que esta
investigación se basa en dos puntos clave:
Primero, los sujetos de investigación deben ser
tratados con una definición terminológica exacta. Por ejemplo, Hispanoamérica,
como utilizamos el concepto aquí, se refiere al área cultural más grande del
continente americano, que incluye 18 países,[5]
donde el español es el idioma más hablado, la lengua común.[6]
Este concepto ha sido utilizado en escritos historiográficos y
antropológicos clásicos como Urbanski (1978), y la razón de su adopción aquí es
su precisión científica frente a la tendencia a utilizar términos como latino o
latinoamericano. Torres (2016) indica en su investigación historiográfica, que
el concepto de uso común “latino” es una construcción política europea que
carece de precisión científica.[7]
Además, se debe considerar la autoidentificación y la autodistinción de
los inmigrantes, pues existe evidencia de que hispanoamericanos inmigrantes en
Japón manifiestan un deseo de distinguirse de otros extranjeros (Piffaut
Gálvez, 2020a; 2023). En el contexto de un tipo de inmigración emergente hacia
China, temática aún inexplorada, es indispensable describir con precisión a
este grupo desde un comienzo.
En segundo lugar, es crucial comprender con precisión
las motivaciones de la migración para diversos grupos de individuos, ya que
esto constituye el punto de partida fundamental para entender un proceso
migratorio particular. En este contexto, como se ha señalado anteriormente en
la revisión de estudios previos, el caso de los hispanoamericanos en China
sigue siendo un terreno inexplorado. Al aumentar el número de personas
residentes con diferentes orígenes en China, es esperable que sus motivaciones
migratorias también se diversifiquen. Aquí, consideramos la motivación del
inmigrante como un proceso psicológico que induce el comportamiento migratorio
y lo dirige hacia ciertos objetivos.
En términos psicológicos, la motivación se forma a
través de una interacción entre factores internos y externos. La motivación
intrínseca impulsa a las personas a participar en actividades por la
satisfacción que brindan en sí mismas, mientras que la motivación extrínseca
involucra la búsqueda de acciones para obtener recompensas externas, como
elogios, reconocimiento o aprobación (Ryan & Deci, 2000). Por otro lado,
tema ineludible en la historia migratoria contemporánea entre Asia Oriental y
Latinoamérica es la emigración de peruano-japoneses y brasileño-japoneses hacia
Japón, principalmente durante las décadas de 1980 y 1990.
Durante este periodo Japón experimentó mejoras
económicas y estabilidad –mientras que América Latina enfrentaba dificultades
económicas– ofertó visas de trabajo, lo que impulsó una mayor inmigración
debido a la necesidad de trabajadores. Este fenómeno ha sido objeto de
investigación durante más de 30 años (Yamanaka, 1996; Sekiguchi, 2005;
Takenaka, 2005; Maeda, 2006; Tsuda, 2022; entre muchos otros). Sin embargo, son
escasas las investigaciones (Cai & Su, 2021; Li et al., 2021; Piffaut
Gálvez, 2020a, 2020b, 2023) enfocadas en la migración hacia Asia oriental de
personas del hemisferio occidental que no son descendientes de ninguna
diáspora. En este caso, hispanoamericanos que no tienen vínculos étnicos con
China, por tanto, un país distante geográfica, lingüística y culturalmente. Es
necesario considerar qué motivaciones han influido para elegir a China como
destino, desechando alternativas geográficas, lingüísticas y culturalmente más
cercanas a sus orígenes, y que son preferidos por tantos otros emigrantes de la
región; como Estados Unidos, Europa o Australia.
Teóricamente, durante las últimas décadas los estudios
de migración se han desarrollado cada vez más de forma interdisciplinaria,
recurriendo a disciplinas tales como los estudios de medios, que se han
centrado en el uso que los inmigrantes hacen de las redes sociales (Mcgregor y
Siegel, 2013), la construcción de la migración basada en los medios (Viola y
Musolff, 2019), y la relación de los medios y sus productos culturales con los
inmigrantes, demostrando el impacto de productos mediáticos en su aceptación
(King y Wood, 2013). Este artículo se posiciona desde este tipo de estudios de
medios, sin embargo, agregamos la noción de “poder blando” para esclarecer
nuestro posterior análisis. ¿A
qué nos referimos con poder blando?: a la capacidad de una nación de obtener
apoyo, comprensión, empatía e influencia internacional a través de la difusión
de su cultura, valores políticos y el atractivo de sus políticas sin aplicación
de fuerzas coercitivas; despertando admiración y respeto en otras naciones
(Nye, 2004).
Por otro lado, en este artículo nos referiremos al
consumo cultural, entendido como “el conjunto de procesos de apropiación y usos
de productos en los que el valor simbólico prevalece sobre los valores de uso y
de cambio, o donde al menos estos últimos se configuran subordinados a la
dimensión simbólica” (García, 1999). Al mismo tiempo, entendemos que el consumo
cultural debe considerarse como una práctica que se manifiesta en la
apropiación y uso de productos culturales, mientras que el valor de los mismos
está vinculado a la cultura y a las interpretaciones que las personas hacen de
ella (Sunkel, 2002). Asimismo,
originalmente los productos culturales son obras de arte, libros, videos,
música y videojuegos (Cuadrado & Berenguer, 2002), centrándose en la
producción en serie materializada en un medio tangible para consumo. Sin
embargo, en este artículo también la educación y sus contenidos son
considerados un bien cultural, entendiendo que entrega estos significados y
posee formas simbólicas cuya especificidad es ser producidos en un campo
social, un campo de producción cultural (Bourdieu, 1993), y, además, es como en
este caso un bien de consumo pagado (Verger, 2013).
Finalmente, el estudio de inmigrantes profesionales ha
venido profundizando nuestra comprensión de la diversidad de procesos
migratorios en la primera parte del siglo XXI, que es una era de redes
globales, transnacionalismo y movimiento de personal calificado (Colic-Peisker,
2010; Cranston, 2016). Asimismo, incluimos la diferenciación generacional para
delimitar aún más nuestros sujetos de estudio. Aunque no existe un estándar de
clasificación único, en esta investigación seguimos a Novella et al. (2018),
quien define para Hispanoamérica, a la generación Y; también conocida como
“generación del milenio” (en adelante: generación Y), como los nacidos entre
1984 y 1996.
En consecuencia, el objetivo principal de este estudio
es investigar las motivaciones de profesionales hispanoamericanos de la
generación Y para elegir China como destino migratorio, centrándose en la
influencia del poder blando chino a través de sus productos culturales. Busca
responder las siguientes preguntas: ¿De qué manera el poder blando chino,
expresado en sus productos culturales, afecta las motivaciones de los
hispanoamericanos de la generación Y para emigrar a China? ¿Cuáles son estos
productos culturales? Así, este artículo tiene seis justificaciones:
1)
Busca reintroducir el término “hispanoamericano” para evitar confusiones y
utiliza esta precisión como base sólida para el análisis.
2)
Llena el vacío respecto a estudios sobre hispanoamericanos en China, lo cual es
importante al tratarse de un grupo de inmigrantes emergente.
3)
Subraya la importancia de investigar sus motivaciones migratorias, reconociendo
la posible diversificación de las mismas, hecho que solo puede ser discutido si
se estudia desde un inicio para este grupo de inmigrantes.
4)
Reconoce la importancia de abordar el tema desde una perspectiva
interdisciplinaria, incluyendo el análisis de medios y el concepto “poder blando”
para obtener una comprensión más completa.
5)
Se centra en la generación Y como un grupo de estudio específico, permitiendo
una diferenciación más clara y relevante en las motivaciones migratorias, lo
que hace que la muestra sea más relevante.
6)
Finalmente, se enfoca en el consumo cultural y la educación en relación con la
migración internacional, lo que proporciona una perspectiva más completa del
impacto del poder blando chino.
Metodología de investigación[8]
Este estudio empleó una muestra cualitativa no
probabilística, considerada válida por su representatividad del grupo bajo
estudio. Este enfoque no pretende realizar inferencias estadísticas a partir de
la muestra a la población general. En lugar de ello se aplicó la teoría fundamentada
a través de un muestreo no probabilístico iterativo hasta alcanzar la
saturación teórica (Strauss & Corbin, 1990). La generalización se basa en
la saturación teórica y la generalización analítica en lugar de la
generalización estadística. Se inició el estudio con el muestreo en bola de
nieve (Voicu, 2011), y posteriormente se incorporó enfoque de muestreo
intencionado (Etikan et al., 2016). El muestreo intencionado se basa en la
selección de la muestra según cualidades específicas relevantes para la temática
de investigación.
La recopilación de datos se realizó mediante
entrevistas cualitativas semiestructuradas y en profundidad (Taylor et al.,
2015) combinadas con una encuesta tipo cuestionario de respuestas cerradas
(Mellenbergh, 2008). En primer lugar, se realizaron entrevistas exploratorias
para identificar las experiencias de los sujetos respecto a su proceso de
inmigración. Subsecuentemente, se realizaron entrevistas en profundidad sobre
la temática específica de sus motivaciones personales como emigrantes de sus
países de origen, y como inmigrantes en el país receptor.
A partir de estos datos de investigación, se construyó
un cuestionario con preguntas cerradas para cubrir las temáticas que surgieron
en las entrevistas de manera clara, concisa y cuantitativa. Las primeras
entrevistas exploratorias se realizaron de octubre a diciembre de 2021, las
entrevistas cualitativas en profundidad, cuestionarios y su posterior análisis
final se hicieron entre agosto y diciembre de 2022. Al momento del desarrollo
de la investigación, los sujetos residían a lo largo de tres de las regiones
más importantes y pobladas de China, a saber, los municipios de administración
directa de Beijing y Shanghái, más la provincia de Guangdong, las dos primeras
son parte de la región de nororiental china, y la última del sur. Las
entrevistas se realizaron en línea dadas las restricciones por la pandemia de
COVID-19.
En este estudio participaron 25 personas, 20 de la
generación Y, el 75.0 % hombres (15) y el 25.0 % mujeres (5). Las cuales, al
momento de la investigación, tenían en promedio 30 años (28 a 35 años de edad).
Y con fines comparativos se agregó un grupo separado y más pequeño de 5
personas de mediana edad, en promedio de 46 años (entre 45 y 48 años), de los
cuales 80.0 % eran hombres (4) y 20.0 % mujeres (1).
Todos los participantes son inmigrantes profesionales
de primera generación e hispanoamericanos sin ascendencia china que han
residido al menos 3 años en China, y poseen un estatus de residencia legalizada
que les permitía trabajar acorde a la ley china. Además, según su formación
profesional y nivel educativo, todos son inmigrantes profesionales. La mayoría
(92.0 %) son graduados universitarios, pero una minoría (8.0 %) son graduados
de institutos profesionales. La síntesis de los participantes se presenta en la
Tabla 1.
Tabla 1. Síntesis
de participantes.
Finalmente, la presente investigación se realiza desde
la Universidad de Kioto, en Japón, por lo tanto, está acorde al Código de Ética
de la Sociedad Sociológica Japonesa (JSS, 2008).[9]
Se explicó a cada participante el objetivo y alcance de la investigación, así
como las garantías que protegerían su privacidad antes de obtener su
consentimiento.
Resultados
Primero presentaremos los resultados de la encuesta
sobre las motivaciones de los participantes para dejar su país de origen, y la
posterior elección de China como destino. Continuaremos analizando la
influencia del poder blando chino a través de los productos culturales con los cuales
los sujetos interactuaron dentro de Hispanoamérica: como medios audiovisuales e
instituciones educativas chinas. Aquí, la relación de los individuos de la
generación Y con estos productos e instituciones educativas se analizan a
través de la comprensión subjetiva de los participantes tal como la
compartieron a través de las entrevistas. Luego, se presenta una comparación
con los inmigrantes de la generación anterior para resaltar diferencias
experienciales. Finalmente, se discuten las características del proceso de
construcción de una relación con China a nivel personal, lo cual explica su
proceso migratorio.
De la motivación de emigrar a la
elección de China como destino
La migración ha sido largamente descrita y explicada
por factores de expulsión-atracción. Para este tipo de modelos, los factores de
expulsión son regionales, que empujan a las personas fuera de sus países de
origen, mientras los factores de atracción son los que llevan a las personas a
un destino (Ishikawa, 2013). En nuestro cuestionario le pedimos a los
participantes hispanoamericanos que reportaran los factores que los impulsaron
a dejar su país de origen. Las categorías son construidas según factores de
expulsión expresados por ellos en las entrevistas. Permitimos respuestas dobles
para crear una jerarquía de razones primarias y secundarias. Esto permitió
matizar las respuestas y el análisis posterior, los resultados son clasificados
en categorías y resumidos en la Tabla 2.
Los motivos de emigración primarios se encuentran en
la categoría económica (64.0 %). Estos fueron “insatisfacción laboral”;
relacionada con sus experiencias en trabajos no relacionados con su educación y
su subsecuente insatisfacción, e “inestabilidad económica”, que refiere a la
percepción de pocas perspectivas de promoción y un equilibrio deficiente entre
salarios y requisitos para contratación. Por tanto, los motivos primarios para
abandonar sus países de origen fueron perspectivas económico-laborales
deficientes, inestabilidad salarial y ansiedad respecto a la sostenibilidad del
empleo y sus niveles de satisfacción. Le siguieron los motivos dentro de la
categoría sociocultural (28.0 %), concentrados en mejorar su calidad de vida,
dejar atrás crimen y violencia; los cuales son problemas percibidos como serios
dentro de sus respectivos países, formar una familia (matrimonio) y traslados
laborales. Una categoría menos común de motivaciones involucra cuestiones
políticas (8.0 %).
Tabla 2. Motivos
personales para emigrar
Motivos |
Primario |
Secundario |
|
|
n = 25 |
n = 25 |
|
Económicos |
Inestabilidad económica |
12 (48.0%) |
3 (12.0%) |
Insatisfacción laboral |
3 (12.0%) |
0 (0.0%) |
|
Desempleo |
0 (0.0%) |
2 (8.0%) |
|
Situación de pobreza |
1 (4.0%) |
0 (0.0%) |
|
Socioculturales |
Matrimonio |
3 (12.0%) |
0 (0.0%) |
Traslado laboral |
2 (8.0%) |
0 (0.0%) |
|
Interés en vida en extranjero |
0 (0.0%) |
15 (60.0%) |
|
Crimen y violencia |
2 (8.0%) |
3 (12.0%) |
|
Político |
Inestabilidad política |
2 (8.0%) |
2 (8.0%) |
Pasando a las motivaciones secundarias es donde
encontramos una marcada e interesante tendencia. El motivo secundario más
frecuente fue “interés en vida en el extranjero” (60.0 %), un número
considerable de los participantes que eligieron esta opción son quienes habían
elegido “inestabilidad económica” como motivo primario. La lógica se invierte
entre motivaciones primarias que pueden ser consideradas más serias y urgentes,
y motivaciones secundarias que no se conectan con un problema grave y urgente
si no que más bien con deseos personales, de modo que la “insatisfacción
laboral” y la “inestabilidad económica” parecen estar asociadas con un deseo
subyacente de vivir en una cultura diferente y tener experiencias
internacionales.
Por otro lado, quienes habían elegido “inestabilidad
política” se subdividieron en partes iguales entre “interés en vida en el
extranjero” e “inestabilidad económica”. Asimismo, quienes eligieron
“matrimonio” y “traslado laboral” como primer motivo, seleccionaron “crimen y
violencia” así como “inestabilidad política” como motivos secundarios. Respecto
a los participantes que eligieron motivaciones más graves, como situaciones de
pobreza y delincuencia, como razones principales (12.0 %), quienes respondieron
“crimen y violencia” se subdividieron en partes iguales entre “interés en vida
en el extranjero” e “inestabilidad económica”, mientras quien eligió “situación
de pobreza” pasó a “inestabilidad económica”, esto significa que los emigrantes
con motivaciones más graves mantienen sus respuestas acordes con esto,
manifestando razones más serias para abandonar su país.
El análisis de estos datos lleva a preguntarse por qué
nuestros participantes no optaron por emigrar a países del hemisferio norte, no
solo geográficamente más cercanos, sino que también cultural y
lingüísticamente; a los que podría ser más fácil adaptarse, destinos tales como
Europa o Estados Unidos. En la Tabla 3 las razones personales para elegir China
presentan una distribución interesante que manifiesta un cambio considerable en
sus motivaciones. Si bien los motivos personales para abandonar el país se asociaron
principalmente con la categoría económica, la razón dominante para elegir China
fue el “interés en cultura y sociedad china” (68.0 %).
Además, todos los participantes que previamente
manifestaron motivaciones más graves para emigrar también eligieron el “interés
en cultura y sociedad china” como motivo secundario para elegir China. Esto
sugiere una lógica más profunda que sustenta su decisión de cruzar al otro lado
del mundo para llegar a la lejana China, en lugar de buscar un país geográfica
y culturalmente más cercano, comparativamente más fácil para inmigrar y que
brindaría beneficios igualmente atractivos. La pregunta que aquí surge es por
qué y cómo surgió el interés en China en estos individuos.
Tabla
3. Motivaciones personales para elegir China.
Motivos |
Primario |
Secundario |
|
|
n = 25 |
n = 25 |
|
Económicos |
Economía en expansión |
0 (0.0%) |
5 (20.0%) |
Oportunidades para carrera profesional |
0 (0.0%) |
6 (24.0%) |
|
Mejor estándar de vida |
1 (4.0%) |
1 (4.0%) |
|
Socioculturales |
Interés en cultura y sociedad China |
17 (68.0%) |
7 (28.0%) |
Sociedad segura y ordenada |
2 (8.0%) |
4 (16.0%) |
|
Matrimonio |
3 (12.0%) |
0 (0.0%) |
|
Traslado laboral |
2 (8.0%) |
0 (0.0%) |
|
Político |
Estabilidad política |
0 (0.0%) |
2 (8.0%) |
Para esclarecer esta pregunta es necesario saber qué
proceso llevó a estos inmigrantes a interesarse por China a pesar de poseer una
sociedad y cultura tan disímil a su familiar mundo hispanoamericano;
especialmente si consideramos que no son descendientes de la diáspora china y
no tienen vínculos familiares previos con el país. La Tabla 4 presenta un
compendio de los medios de contacto con la cultura china que han sido aludidos
por los participantes durante las entrevistas. En función de la encuesta, las
categorías han sido agrupadas y divididas en medios primarios; el primero
encontrado durante la vida de cada sujeto, y medios secundarios; los cuales
representan los principales recursos que cada sujeto descubrió posteriormente
al profundizar sus intereses individuales.
De esta manera, el principal medio de contacto con la
cultura china ha sido el audiovisual, específicamente las obras
cinematográficas de origen chino (92.0 %). El resto (8.0 %) se divide en
documentales y artes marciales chinas; 4.0 % cada uno. Por otro lado, el medio
de contacto secundario más frecuente fue la educación (40.0 %), categoría
constituida con base en la frecuente referencia a instituciones educacionales
de enseñanza del idioma y cultura de China; instituciones relacionadas
directamente con la nación asiática. Es destacable que la categoría de medios
audiovisuales recibió un porcentaje total todavía considerable (44.0 %), aún
como medio secundario. Sin duda, los medios audiovisuales de China tuvieron una
gran influencia en el acercamiento de los encuestados hacia el país y,
posteriormente, en su decisión de seleccionarlo como destino.
Tabla 4. Medio
de contacto con la cultura china.
Medios |
Primario |
Secundario |
|
N = 25 |
N = 25 |
||
Medios audiovisuales |
Obras cinematográficas |
23 (92.0%) |
0 (0.0%) |
Medios informativos chinos |
0 (0.0%) |
5 (20.0%) |
|
Música popular |
0 (0.0%) |
3 (12.0%) |
|
Documentales sobre China |
1 (4.0%) |
1 (4.0%) |
|
Series de TV |
0 (0.0%) |
1 (4.0%) |
|
Shows televisivos |
0 (0.0%) |
1 (4.0%) |
|
Otros |
Educación formal |
0 (0.0%) |
10 (40.0%) |
Familia |
0 (0.0%) |
2 (8.0%) |
|
Literatura |
0 (0.0%) |
1 (4.0%) |
|
Artes marciales chinas |
1 (4.0%) |
1 (4.0%) |
La Tabla 5 presenta la edad de los encuestados al
primer contacto con la cultura china a través de los medios anteriormente
mencionados. El cual se ha dado mayoritariamente durante la edad adulta
temprana: entre los 20 y 29 años de edad (76.0 %). Mientras que las
experiencias en etapas esenciales de formación del carácter, como la
adolescencia o niñez son menores en frecuencia: un 20.0 % de individuos entre
los 10 y 19 años. Asimismo, tenemos un caso de contacto durante la adultez: a
los 30 años de edad (4.0 %).
Las experiencias durante etapas esenciales de formación
de la personalidad, como la adolescencia, a menudo influyen en las elecciones
de vida, posiblemente incluso en decisiones tan importantes como la elección de
un destino migratorio muchos años después. Sin embargo, este contacto
adolescente solo fue cierto para las personas de la generación pasada, mientras
aquellos que tuvieron su primer contacto durante los 20 años son en su mayoría
miembros de la generación Y. Si bien comenzar a conocer una cultura durante la
adultez puede no ser necesariamente tan emocional como un lazo creado desde la
niñez, este periodo debería ser un momento de mayor madurez y que por tanto
influye en el lazo construido. Esto se discutirá en la siguiente sección.
Tabla 5. Primer
contacto con la cultura china.
Edad |
n = 25 |
Menor de 10 años de edad |
0 (0.0%) |
Entre 10 y 19 años de edad |
5 (20.0%) |
Entre 20 y 29 años de edad |
19 (76.0%) |
Entre 30 y 39 años de edad |
1 (4.0%) |
Finalmente, no se encontraron diferencias particulares
entre hombres y mujeres, o entre nacionalidades.
Poder blando chino en Hispanoamérica
Aquí explicaremos las condiciones a nivel macrosocial
en la región hispanoamericana con respecto a medios de expansión del poder
blando chino, y cómo se relacionan con el lazo que los participantes de este
estudio construyeron con este país a nivel micro-social, específicamente en el
aspecto personal de toma de decisiones. También recopilamos información sobre
un subgrupo de inmigrantes de mediana edad, que arrojan luz sobre ciertos cambios
a través del tiempo.
Poder blando chino y la
generación Y
En las últimas dos décadas, múltiples estudios han
apuntado a que China se convertiría en la primera economía del mundo para 2050,
seguida por Estados Unidos e India (Gómez, 2013). Desde su reforma económica y
apertura al mundo en 1978, China ha tomado un camino enfocado en la cooperación
con países en desarrollo en el aspecto económico, decantando en alianzas
estrategicas con países latinoamericanos tales como Argentina, Brasil, Chile, y
Venezuela entre otros, que a su vez ha dado frutos en el incremento de
exportaciones e importaciones entre ambas partes (Hernández, 2013). Situación
que fue consolidada durante la crisis financiera internacional de 2008, ya que
fortaleció la necesidad de contacto entre América Latina y China (Gómez, 2013).
Además, el acercamiento de China hacia el mundo, y de Latinoamérica en
particular, no es solo a través de medios económicos y diplomáticos.
Desde comienzos de la década de 2000, los líderes
chinos han buscado activamente el desarrollo del poder blando chino desde un
punto de vista estratégico con vistas a su posicionamiento como potencia
mundial, incluso con la colaboración entre investigadores en ciencias sociales
de las principales universidades chinas y los oficiales de gobierno (Yang,
2004). Como parte de las estrategias internacionales chinas, durante la década
de 2000 se expandieron instituciones que buscan promover la cultura, historia,
lengua e incluso cosmovisión china. El primero de estos centros educativos fue
fundado en Seúl, Corea del Sur, en 2004, y el segundo en la University of
Maryland, College Park, en Estados Unidos, bajo el nombre de Instituto
Confucio.[10]
Se estima que el gobierno chino ha invertido más de
150 millones de dólares solo en sus institutos en Estados Unidos, entre 2006 y
2019 (Ford, 2022). Para 2019 existían 540 instituciones a lo largo de cinco
continentes, específicamente en 13 países con una o más academias en la región
latinoamericana, sumando unos 30 en total (Instituto Confucio 2020 en Ramírez
et al., 2020). Sin embargo, históricamente, previo al concepto de políticas de
poder blando, China ya había logrado cierta presencia en los medios
audiovisuales. Como se ha expuesto en estudios relacionados a productos de
medios de masas asiático-orientales en Hispanoamérica, paralelamente a la
expansión de la animación japonesa durante la década de los 70s y 80s,
comenzaron también a circular obras cinematográficas chinas de acción y artes
marciales que a través de las décadas se transformaron hasta cierto punto en
clásicos reconocibles; aunque con menor difusión que los productos nipones
(Piffaut Gálvez, 2020b).
Como puede advertirse, entre ambos tipos de poder
blando existen diferencias notables, tanto en su evolución a lo largo de
algunas décadas como en sus respectivas intencionalidades; a saber, alta
intencionalidad en la era actual a diferencia de décadas previas. Estas
discrepancias se aclararán en la siguiente sección, particularmente basado en
la experiencia generacionalmente diferenciada de los participantes. La mayoría
de ellos, y por tanto nuestro enfoque primordial, pertenecientes a la
generación Y hispanoamericana nacidos entre 1984 y 1996 (Novella et al., 2018),
la generación que experimentó las primeras etapas de la era de la
digitalización.
Es esencial entender las características de esta
generación para explicar su proceso migratorio. Esta generación tiende a
preferir los dispositivos digitales, pero sin dejar de mostrar una comprensión
y apreciación de los instrumentos analógicos en la vida diaria (Serres, 2014). Y
más importante aún, esta es una generación que no solo ha experimentado la
diversificación de medios disponibles que surgió de la expansión del internet,
una diversificación de su consumo y una expansión de su potencial para conocer,
en medida de lo posible, el mundo de forma remota, sino que también es la
generación que se encontraba en estado de formación académica-profesional
mientras los mencionados institutos eran fundados en sus respectivos países.
Conjuntamente, investigaciones previas respecto tanto
de los institutos Confucio como de los medios de comunicación chinos, los han
caracterizado como medios que expanden el alcance económico, cultural y
diplomático de China a través de la promoción del idioma y cultura chinos,
básicamente a través de la creación y fortalecimiento de una imagen de nación
positiva (Park, 2013; Lahtinen, 2015; Procopio, 2015; Biswas y Hartley, 2017). El
atractivo de los productos culturales de países de Asia oriental en
Hispanoamérica ha sido atribuido a que desempeñan el papel de un referente
simbólico que representa valores de respeto, resiliencia y orden social, que en
las últimas décadas se han considerado en decadencia en la cultura hegemónica
hispanoamericana[11]
(Flores, 2013); simultáneamente, estos productos culturales han permitido a los
hispanoamericanos en China construir una imagen positiva de China, a pesar de
la gran distancia cultural y geográfica. Para la generación Y este país se ha
vuelto cada vez más familiar en la última década; previo a su llegada al país.
La forma en que China surgió como un candidato concreto a destino para la
migración internacional se refleja en los siguientes testimonios:
Cuando entré a la universidad conocí y me di el tiempo
de ver algunas películas y series chinas, porque conocí algunos chicos otaku
que estaban bien interesados en Asia y esas cosas. Me interesó la cultura y
buscando encontré información sobre el Instituto Confucio. Ahí descubrí más
sobre China, y su crecimiento, y como el país es bastante seguro empecé a
pensar que podría ser una mejor opción para mí que Estados Unidos; que en
realidad nunca me gustó […] El interés por Asia es visto como raro, yo también
los veía así a estos otros chicos, y al final termine viviendo aquí (ríe) (#2)
(Mujer, 28, México).
Conocí la cultura china cuando tenía 15 [años], porque
empecé a practicar artes marciales chinas. Me metí mucho en eso, y hasta el día
de hoy […] Pero fue gracias al instituto [Confucio] que logré llegar aquí, si
no no sé me ocurre cómo podría haber llegado [...]. Estudié [en el instituto]
mientras estaba en la universidad, me dieron una beca para mejorar el idioma, y
eso fue la puerta de entrada […]. Mientras estudiaba, para mí, China no era
solo un país seguro y en crecimiento, también era una mezcla muy interesante
entre lo antiguo y lo futurista; y ahora estando aquí siento que tenía razón (#3)
(Hombre, 28, Argentina).
Empecé a tomar clases de chino mientras estaba en la
universidad porque quería aprender de su cultura más allá de simples películas
de kung-fu y dramas históricos que había visto en internet. Como los profesores
son chinos se volvió bastante divertido conocer su visión de Chile, y de China.
Esos estudios me sirvieron para llegar a China y poder tener mi carrera en
traducción; es un idioma difícil que toma tiempo, pero vale la pena […]. Al
principio hasta mi familia me criticaba, medio en serio, medio en broma, porque
igual es un interés poco común; por lo menos cuando yo me fui [de Chile] (#4)
(Mujer, 28, Chile).
Viendo películas y series me comenzó a interesar la
cultura tradicional [china], ahí expandí un poco a documentales históricos.
Pero sentía que me faltaba saber de lo actual, así que comencé a estudiar chino
un poquito, solo. Pero es muy complicado y terminé aprendiendo con profesor de
la comunidad china en Perú, después me matriculé en un instituto [Confucio]. Y
así... hasta que pude pasar un examen para tener la oportunidad de pasantía
[...]. Creo que lo que más me llamó la atención fue la idea de un país
ordenado, con gente muy enfocada y que todavía tienen valores tradicionales en
muchas cosas (#20) (Hombre, 35, Perú).
Para mí aprender chino y la cultura del país fue la
oportunidad para dejar atrás Venezuela, que está en un estado muy malo, vivir
más seguro y mejor calidad de salario. Pero, de todos modos, hay que aceptar
que el interés comenzó de algo tan banal como películas y series chinas [ríe] (#12)
(Hombre, 31, Venezuela).
Empecé a aprender de la cultura china a los 30 [años],
comencé a ver más películas y series chinas en internet, más que nada porque lo
que han estado haciendo los gringos últimamente me aburrió. [...] por ese
interés decidí tomar una oportunidad para aprender chino y postular a una beca
corta, ese fue el momento que cambió mi vida porque me la dieron, a pesar que
no tenía muchas expectativas. Y pues, terminé teniendo buenos resultados aquí,
y cambiando un poco el curso de mi carrera [...]. Ahora que he vivido unos años
aquí, siento que se está mucho mejor sin todo el desmadre que hay en México (#19)
(Hombre, 34, México).
Para los hispanoamericanos de esta generación, los
productos culturales de medios audiovisuales chinos, en este caso mayormente en
formato de obras cinematográficas, formaron una base para interesarse en esta
distante cultura. Sin embargo, ha sido los mencionados institutos los que han
concretado realmente el aprendizaje de la lengua y cultura, así como propiciado
una re-imaginación de China como nación y de las posibilidades que podría
brindar a futuro. Sumado a lo anterior, el ascenso del internet actuó como
trasfondo sociocultural transversal para esta generación desde su adolescencia,
internet abrió el camino para que los individuos de esta generación pudiesen
profundizar aún más sus intereses, independiente de la lejanía lingüística, cultural
y geográfica. Incluso superaron barreras económicas, ya que los 20 miembros de
la generación Y afirman haber utilizado internet para ahondar en su interés por
China, principalmente a través de descargas ilegales. Este enfoque también les
facilitó el aprendizaje del idioma chino previo a decidir emigrar, ya que todos
ellos afirman haber tenido acceso a materiales educativos adicionales a través
de internet.
Generación X
Si bien nos enfocamos en inmigrantes hispanoamericanos
profesionales de la generación Y, es natural preguntarse cómo estos difieren de
generaciones anteriores de inmigrantes en el país, mediante la contrastación
podemos corroborar similitudes y diferencias que esclarezcan aún más esta
temática. Basándonos en los mismos términos de análisis respecto de su relación
con el poder blando chino, ya sea a través de productos culturales de medios
audiovisuales o de instituciones educacionales. Para aclarar las diferencias de
experiencia entre generaciones, se examinaron narrativas de hispanoamericanos
de mediana edad residentes en China. Utilizando la categorización generacional
antes mencionada, este grupo correspondería a la generación X tardía, nacida
entre 1965 y 1980. A continuación, presentamos extractos de las entrevistas en
los cuales se explican sus procesos de contacto con China.
Primero conocí las películas de kung-fu, la comida
china-peruana, y después me pasé a música china cuando conocí a mi novia
[actualmente esposa, china]. Al final nos casamos y juntos decidimos venir a
China. Sin conocerla a ella no hubiese venido, estoy segurísimo (#21) (Hombre,
47, Perú).
Cuando niña vi varias películas de kung-fu con mis
hermanos mayores, esa fue la primera imagen que tuve de China. A ellos les
gustaba más que a mí. Después de conocer a quien sería mi futuro esposo
[chino], comencé a meterme más en la cultura china, después de casarnos aún
más, quería entender más de su país [...]. Él ya sabía español, y era injusto
que yo no entendiera nada [...]. Él tuvo la oportunidad de volver a China por
trabajo y yo lo seguí (#22) (Mujer, 48, Perú).
Me casé con una china-mexicana, parte de su familia
aún vivía en China así que un día... pues, decimos probar suerte, especialmente
porque mi trabajo en México no andaba muy bien. Así que con nuestros ahorros y
la recepción de su familia pudimos comenzar nuestro emprendimiento [...] Pues…
antes de conocerla no sabía mucho del país, más allá del kung-fu, la comida
china y después la comunidad china-mexicana que conocí a través de mi novia
(#23) (Hombre, 46, México).
Trabajando en una empresa se me dio la oportunidad de
venir a China, tuve que tomar cursos de chino mandarín para prepararme, por
suerte fue pagado [por el empleador]. Antes de eso tenía cierta idea de China
por películas de kung-fu y comida china, pero en realidad no sabía mucho más,
decidí venir y quedarme por proyección laboral. Pero, al final, me he encantado
con la cultura china y su gente, ya tengo mi familia aquí (#24) (Hombre, 45,
Chile).
Las diferencias con la experiencia de la generación Y
surgen en relación con las condiciones socioculturales y estructurales de su
generación. Volviendo a observar la Tabla 3, las motivaciones personales
primarias enumeradas para elegir China fueron todas para categorías distintas
al “interés en cultura y sociedad china”; tres debido al matrimonio con una
persona de nacionalidad china, y dos por traslado laboral. En los primeros
casos solo después del matrimonio; o luego del traslado para los segundos,
realmente se comenzó a desarrollar un interés personal hacia el país. Lo que se
refleja en la elección de “interés en cultura y sociedad china” como motivación
secundaria para los tres individuos que previamente habían seleccionado
matrimonio. Mientras que quienes llegaron por traslado laboral eligieron, uno,
“interés en cultura y sociedad china”, y otro, “oportunidades para carrera
profesional”.
Por otro lado, para la generación anterior, los
productos culturales chinos audiovisuales se familiarizaron en una etapa más
temprana de vida: cuatro de ellos en la adolescencia, y solo uno en el periodo
de sus veinte (Tabla 5). Sin embargo, la variedad de productos que conocían o
que les importaban parece haber sido mucho más reducido, y además su influencia
en las motivaciones para la migración fue intrascendente. Asimismo, el interés
inicial en productos culturales chinos parece haber sido solo circunstancial
desde su perspectiva. Cuando los miembros de este grupo eran niños o
adolescentes, el rango de opciones para el consumo de medios era mucho más
limitado.
Cabe señalar que los cincos participantes de este
grupo tuvieron su primer encuentro con la imagen de China a través de obras
cinematográficas. Pero, a diferencia de la generación Y, sus medios de contacto
secundarios se dividen de manera diferente, dentro de quienes fueron motivados
por matrimonio dos eligieron “familia” y uno “música popular”. Mientras que los
dos individuos movidos por traslado laboral eligieron “educación”, en este caso
privada, provista por el empleador, ya que el objetivo era entrenarlos a nivel
básico del idioma para su posterior traslado (Tabla 4).
Construcción de una relación entre
hispanoamericanos y China
Para referirnos a migraciones entre Hispanoamérica y
Asia oriental es indispensable referirnos brevemente al único fenómeno a gran
escala en la historia reciente; la migración de descendientes de la diáspora
japonesa (nikkei) hacia Japón. Higuchi (2002) expone que se estableció un
sistema de organizaciones o agencias de mediación (斡旋組織/assen-soshiki)
en los países sudamericanos; principalmente Perú y Brasil, donde se
establecieron las más grandes comunidades de nikkei en el mundo, como en Japón,
y este sistema jugó el papel de enlace en un nivel meso-social, fomentando la
inmigración de descendientes hacia Japón, en otras palabras, incidiendo en la
toma de decisiones individuales a favor de los factores económicos
macroestructurales del Japón de aquella época. Por tanto, si bien es atractivo
vincular inmediatamente los factores macroestructurales con la toma de
decisiones individuales, es necesario descubrir y comprender los vínculos a
nivel medio-social entre las condiciones macro y los individuos (Higuchi,
2002).
La presente investigación describe la existencia de un
nuevo medio que adquirió la posición de una conexión organizacional de nivel
meso-social; principalmente las instituciones educativas chinas. El hecho de
que los hispanoamericanos de la generación Y que no poseían lazos familiares,
étnicos o sociales decidieran migrar hacia China a pesar de la tremenda
distancia geográfica y cultural, indica la existencia de una relación
construida con China que se ha desarrollado a lo largo de los años para cada
individuo antes de dejar sus países por primera vez. Se constató que los
participantes de la generación Y han sido receptores de los productos
culturales chinos. Y ellos por su parte, como alumnos, recibieron positivamente
un discurso respecto a China desde instituciones educacionales directamente
relacionadas a dicho país.
En este caso, el Instituto Confucio ha logrado
capturar el interés de un grupo de personas en la región hispanoamericana a
través de un despliegue de poder blando, literalmente en el otro lado del mundo
y sin antecedentes culturales comunes. Los inmigrantes construyeron conexiones
emocionales con China a través de su acercamiento a esta cultura extranjera, es
esa conexión la que da sentido a su toma de decisiones y cursos de acción. Este
aspecto emocional de la toma de decisiones también se refleja en la narración de
los sujetos. Presentamos extractos a continuación.
Desde el principio China se volvió un país bastante
deseable, ideal casi, porque representa un orden y valores que se están
perdiendo en nuestros países. Por ejemplo, viendo películas y series podía
sentir el valor que todavía le dan a una familia unida, después estudiando
chino y conociendo a los profesores [chinos] aprendí sobre sus costumbres para
el Año Nuevo y cosas así... y me pareció genial que incluso con todo el
crecimiento económico se mantengan fieles a lo que son. Obvio, antes de llegar
no estaba completamente seguro de eso, pero al vivir aquí creo que es cierto, y
eso me satisface tanto o más que un buen trabajo (#17) (Hombre, 32, Chile).
Creo que muchos de nosotros creamos una idea de China
muy positiva antes de venir, como un contraste con nuestro país. Un país
tranquilo y con una maravillosa cultura milenaria, muchas tradiciones y buen
futuro. Al vivir en el lugar aprendes otras cosas, buenas y malas, pero en
general es de lo más positivo (#6) (Mujer, 29, Perú).
Al principio ves películas de acción con kung-fu
porque está chido, pero después de comenzar a aprender de su cultura e idioma,
conocer más a tus profesores, por ejemplo, comencé a verlo todo más profundo,
como un país que tiene mucho potencial a futuro, pero también muy tradicional.
La seguridad también te atrae, especialmente porque, creo, México va para peor.
Como que te dan ganas de ser parte de su crecimiento [de China} (#10) (Hombre,
30, México).
Los participantes vieron al país como un destino
atractivo absorbiendo los discursos oficiales de la institución,[12]
y luego se vincularon con él a través de una imagen renovada; e incluso
podríamos argüir, idealizada. Subsecuentemente, los sujetos internalizan
discursos y actitudes hacia China, para luego emigrar. Basado en sus relatos
comprendemos que el individuo comienza por construir unilateralmente una
relación con el país a través de, por ejemplo, los medios mencionados en este
artículo, sin embargo, solo después de entrar en contacto con las instituciones
chinas realmente se cristaliza una motivación para migrar. Después,
simultáneamente al proceso de estudio del idioma chino, la utilización de la
conectividad a internet permite profundizar aún más en sus intereses particulares.
Existe un alto componente de individualidad en sus
decisiones, inclusive al punto de ser considerados como “raros o extraños” por
sus compatriotas o incluso sus familiares, esto debido a la extrañeza de su
elección a juicio de los demás. Beck y Beck-Gernsheim (2002) han descrito este
tipo de individualización como una característica del ser humano contemporáneo,
como la libertad individual de elección sobre la propia vida, desligándose de
muchas ataduras socioculturales de generaciones previas. Por tanto, es natural
que exista un proceso de individualización dentro de la migración internacional
contemporánea, lo que significa que la libertad de elección se expande a las
motivaciones y elección del destino migratorio, independientemente del
trasfondo cultural del país de origen, o del propio individuo quien ahora
decide hacía qué quiere acercarse.
Las acciones y motivaciones de los inmigrantes se
reflejan en sus narrativas personales, impulsando su elección de destino. Estos
participantes recibieron mensajes de medios e instituciones chinas, que
integraron a sus propias narrativas que justifican su elección. Aunque otras
necesidades pueden surgir, estas se entrelazan en la narrativa de la migración,
las cuales respaldan su elección. La razón para querer dejar el país de origen
puede no estar intrínsecamente conectada con el destino seleccionado. Sin
embargo, estas necesidades se vinculan con la narrativa, reforzándola y
justificando el proceso específico que eligieron.
Los participantes de este estudio pueden ser
comprendidos como consumidores de productos culturales chinos, ya sea en su
formato de medios audiovisuales, o a través de discursos entregados por
instituciones educativas. Luego, siguiendo las teorizaciones de García (2012),
a medida que consumen dichos productos, es posible que hayan llegado a
reconocerse a sí mismos a través de narrativas y de las imágenes construidas en
torno a dichos productos. Por otro lado, distinciones internas significativas
aparecieron entre generaciones; éstas pueden explicarse como surgidas de las
condiciones estructurales entre China e Hispanoamérica, y del mercado mediático
disponible durante su juventud.
Finalmente, se argumenta que, con el objetivo de
comprender los procesos migratorios contemporáneos y emergentes de manera más
precisa, es necesario comenzar desde la perspectiva de los propios inmigrantes,
para luego realizar un análisis multifactorial que vaya más allá de los
factores macrosociales y económicos tradicionales. Se sostiene que el consumo
individualizado personaliza la motivación. A lo largo de años de actos diarios
de consumo y exposición, surgen de forma natural los elementos constitutivos
necesarios para la toma de decisiones. Estos elementos pueden ser compartidos
con personas desconocidas, pero que aún son receptoras de los mismos estímulos
externos.
Limitaciones y labores futuras
Estos datos corresponden a un caso específico en el
ámbito de la migración internacional y los fenómenos sociales en China. Aunque
hemos explorado las motivaciones de este grupo en particular, estudios futuros,
ya sea a mayor escala o sobre otros casos, pueden arrojar luz sobre similitudes
y diferencias entre diferentes grupos. Este estudio forma parte de una
investigación más amplia sobre inmigrantes hispanoamericanos en Asia oriental,
incluyendo a profesionales que residen en Japón y Corea del Sur. Nuestros
futuros análisis se centrarán en la antropología simbólica para comprender cómo
se construye la imagen del país de acogida y su impacto en la experiencia
migratoria.
Conclusiones
En esta investigación, basada en recolección de datos
empíricos sobre motivaciones personales para la migración, analizamos el
trasfondo de las condiciones estructurales entre la región cultural
hispanoamericana y China, en términos del poder blando chino a través de sus
productos culturales presentes en la región, y consideramos la necesidad de una
conexión entre las condiciones estructurales en torno a esta migración y
motivaciones migratorias a nivel personal. Los resultados de la encuesta y los
análisis de las condiciones estructurales produjeron las siguientes
observaciones.
En primer lugar, desde una perspectiva de factores de
expulsión-atracción se da cuenta de forma concisa de las razones personales
para abandonar sus países, siempre y cuando se centre en inmigrantes puramente
económicos que priorizan las necesidades económicas. Sin embargo, el mecanismo
de selección de destinos distantes geográfica y culturalmente no se explica
satisfactoriamente. Aquí, se encontró que motivaciones personales para elegir
China como destino se deben en gran medida a la influencia del poder blando
chino. En segundo lugar, al comparar la influencia de instituciones y medios de
comunicación chinos en Hispanoamérica entre sujetos de la generación Y, así
como un subgrupo de la generación X, se encontró que existe una brecha
generacional entre ambos, de modo que la generación mayor es motivada por
diferentes situaciones de la vida que no están relacionadas con instituciones
chinas. Finalmente, encontramos que es una conexión simbólica, emocional e
individual construida por los propios inmigrantes hacia China lo que conecta
directamente las condiciones macrosociales y la toma de decisiones individuales
a nivel micro-social. Esta conexión se manifiesta como narrativas idealistas
nacidas de su interacción con productos culturales chinos.
Las características mencionadas indican cómo las
condiciones estructurales previas a la migración se transforman en
prerrequisitos motivacionales. Se produce una transformación a través de las
interpretaciones de los sujetos antes de la migración, develando una
interacción entre los productos recibidos y la toma de decisiones individuales.
Enfocado en un proceso de selección de destino que
trasciende la mera migración económica, este artículo construye un marco que
permite comprender la influencia de la cultura china a través de sus
instituciones educativas a mediados de la década de 2000; a través de las
narrativas de los propios inmigrantes, brindando una explicación que va más
allá de factores económicos, mientras aclara los motivos de los
hispanoamericanos en China y su particular migración en relación con las
macrocondiciones de sus países de origen. Esto no es para negar el papel de
factores más clásicos en la determinación de los destinos de la inmigración,
sin embargo, aquí tratamos con un proceso de inmigración particular en la época
contemporánea, así como con circunstancias particulares entre países
particulares, a saber, entre China y los países hispanoamericanos en pleno
siglo XXI. Según nuestros resultados, se destaca la necesidad de diversificar
la perspectiva de investigación sobre la migración internacional y reconsiderar
la imagen de fenómenos migratorios específicos en China.
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Marcelo Alejandro Piffaut Gálvez
Chileno. Máster en Estudios Educacionales
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inmigrante, estudios de medios, identidad, relaciones sociales. Últimas
publicaciones: Zainichi hi nikkei isupanoamerika hito no burakkuyūmoa―
toransunashonaruna shakai-teki sōgo sayō e no eikyō― [Black Humor among
Non-Nikkei Hispano-Americans in Japan: Its Influence on Transnational Social
Interactions] (2023) y Nihon ni okeru isupanoamerikajin nipponbunka fan no
jissen to aidentiti―fan bunka no naibu-tekina bunri to kyōtsū-ten no jirei―
[Identity and Practice of Hispanoamerican Fans of Japanese Culture in Japan―A
Case of Separation and Common points within Fan Culture―] (2020).
[1] Aunque no existe una definición internacionalmente
acordada para migrante, la más útil ha sido implementada por el Departamento de
Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (UN DESA 1998). De acuerdo
con esta definición, estudiantes internacionales a largo plazo y trabajadores
asignados a otro país también son inmigrantes. Los refugiados corresponden a
migración involuntaria y son una subcategoría de migrantes.
[2] Corresponden a nuevas formas de comunidad
establecidas por inmigrantes en la era de la globalización, se caracterizan por
la hibridación de sentimientos de pertenencia e identidad. Están compuestas por
individuos o grupos que residen en diferentes sociedades nacionales y que están
unidos por intereses y referencias compartidas, dígase aspectos religiosos o
lingüísticos, respaldados por redes sociales que refuerzan su solidaridad más
allá de las fronteras (Tsakiri, 2005). Esta definición se relaciona con el
término “Huáqiáo” (华侨), que se refiere específicamente a personas de nacionalidad china que
viven en el extranjero. El gobierno chino les reconoció su valor como fuente de
inversión y como enlace con el extranjero, aceptando y promoviendo este
concepto en la sociedad china (Huang, 2010).
[3] Según el reporte anual sobre migración internacional
china de 2020 (中国国際移民報告2020年) (Zhōngguó, 2020), publicado por El Centro para China y la
Globalización (CCG) bajo la jurisdicción del Ministerio de Asuntos Civiles de
China (中国国家民政部).
[4] Ídem.
[5] A saber, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa
Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras,
México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
[6] También existen lenguas indígenas correspondientes a
minorías étnicas en esta región. Estos idiomas a menudo no carecen de
reconocimiento oficial. Por ejemplo, en Bolivia, el quechua y el guaraní son
idiomas oficiales del Estado; en Paraguay, el guaraní también lo es. En
Ecuador, el quichua norteño se habla comúnmente, y Guatemala reconoce 21
idiomas mayas.
[7] Debido a que se origina en el concepto lingüístico
que identifica las lenguas que descienden del latín y sus hablantes, por lo que
incluye italianos, franceses, portugueses, españoles e incluso rumanos en
Europa; además, en el caso de las Américas “latinoamericano” incluye a Brasil
junto con todos los demás países de la región, aunque el idioma principal de
Brasil sea diferente al resto; y por consecuencia existan barreras culturales
(Urbanski, 1978; Torres, 2016).
[8] Este estudio forma parte de un proyecto de mayor
alcance enfocado en inmigrantes hispanoamericanos en el este de Asia, y
actualmente se está implementando una investigación simultánea sobre los
inmigrantes que viven en Japón y Corea del Sur. Además, el cuestionario de
encuesta se creó transcribiendo los resultados obtenidos en entrevistas
cualitativas con los informantes, codificando las palabras distintivas y
clasificando los códigos en categorías, por ejemplo, en la Tabla 4, la creación
de categorías dentro de “medios audiovisuales” y “otros”; y su subdivisión, se
creó con base en la codificación posterior a entrevistas. Asimismo, la batería
de preguntas y estructura presentada en este documento coincidirá con trabajos
posteriores respecto a los casos de hispanoamericanos en Japón y Corea del Sur
para facilitar su posterior comparabilidad.
[9] El propósito y contenido de este código se pueden
encontrar (en japonés) en: https://jss-sociology.org/about/ethicalcodes/.
[10] Información del propio Confucius Institute Maryland
(2018); agregado a referencias bibliográficas.
[11] Cuando hablamos de cultura hegemónica
hispanoamericana, nos referimos, siguiendo a Urbanski (1978), tanto a la
cultura hispanoamericana con sus elementos compartidos derivados de una
historia común como parte del imperio español, así como a las culturas que se
han consolidado como culturas nacionales o componentes fundamentales de cada
una de ellas. Ciertamente significativamente alejadas de las culturas de Asia
oriental; estamos hablando de esferas culturales distintas.
[12]A través de la promoción de la cultura y el idioma
chino, los discursos se centran en la cultura china milenaria, destacando su
singularidad en un contexto de crecimiento tecnológico y económico; y como esto
situaría a China como una potencia emergente que atrae a profesionales
extranjeros, estimulando la búsqueda de empleo en su mercado laboral local en
expansión o en su mercado interno en crecimiento (Yellinek et al.,
2021). Este enfoque está en línea con la visión del secretario general del
Partido Comunista Chino, Xi Jinping, quien señaló que los institutos buscan
promover una narrativa positiva sobre China (Wang, 2018). Sin embargo, se han
planteado críticas debido al discurso creado por omisión, es decir, a la
censura de contenidos, que omite temas como las libertades individuales, la
democracia, las protestas en la Plaza de Tiananmén y la situación en Taiwán,
Tíbet y Xinjiang (Hartig, 2015).