SALVADOR DE LEÓN-VÁZQUEZ


Universidad Autónoma
de Aguascalientes
salvador.deleonv@edu.uaa.mx

 

MARÍA REBECA PADILLA
DE LA TORRE


Universidad Autónoma
de Aguascalientes

rebeca.padilla@edu.uaa.mx

 

Traducción
María Rebeca Padilla
de la Torre

Universidad Autónoma
de Aguascalientes

 

Recibido
28 julio 2021
Aprobado
28 septiembre 2021
Publicado
04 diciembre 2021

 




Periodismo colaborativo y COVID-19: cobertura de la pandemia en medios digitales mexicanos

 

Resumen: Este artículo presenta un análisis interpretativo sobre la cobertura noticiosa del COVID-19 durante los primeros meses de su aparición en México, en el marco de una iniciativa de periodismo colaborativo; con el objetivo de comprender las prácticas de producción informativa desde un rol cívico del periodismo, en relación con la pandemia. Se aplicaron entrevistas estructuradas a 26 periodistas de distintos medios y estados del país, la mayoría de ellos integrantes de la iniciativa #TómateloEnSerioMX contra la diseminación de información falsa. Los resultados contribuyen a la comprensión de las prácticas de producción periodística, la construcción de la agenda informativa y los criterios de noticiabilidad que se despliegan en la cobertura de la pandemia bajo un esfuerzo colaborativo de medios digitales independientes.[1]

 

Palabras clave:  Periodismo; pandemia; medios de información.

 


Collaborative Journalism and COVID-19: The Pandemic’s News Coverage in Mexican Digital Media

 

Abstract: This article presents an interpretative analysis of the news coverage of COVID-19 during the first months of its appearance in Mexico, in the context of a collaborative journalism initiative, intending to understand the practices of news production from a civic role of journalism concerning the pandemic. The study applied structured interviews to twenty-six journalists from different media and states of the country, most of whom were members of the #TómateloEnSerioMx initiative against disseminating false information. The results contribute to understanding news production practices, agenda-building, and newsworthiness criteria deployed in the coverage of pandemics under a collaborative journalism effort performed by independent digital media.

 

Keywords: Journalism; pandemics; Information Media.

 


 

Cómo citar

De León-Vázquez, S. y Padilla, M. (2021). Periodismo colaborativo y COVID-19: cobertura de la pandemia en medios digitales mexicanos. Culturales, 9, e623. https://doi.org/10.22234/recu.20210901.e623

 

Introducción

Éste es un análisis interpretativo acerca de la cobertura de la pandemia por COVID-19 realizada por periodistas de medios digitales mexicanos, durante los primeros meses de la contingencia. El objeto analítico se construyó alrededor de una iniciativa de colaboración convocada por el portal informativo Pie de Página de la Red de Periodistas de a Pie. El estudio está elaborado desde el punto de vista de los actores, es decir, mediante un acercamiento respetuoso al mundo social pre-interpretado por los participantes y posteriormente interpretado por los investigadores (Giddens, 2006; Thompson, 1998). Para ello, se utilizó una aproximación comprensiva-cualitativa, cuyos fundamentos reconocen que “una de las características de la investigación social es que los ‘objetos’ que estudiamos en realidad son ‘sujetos’ que por sí mismos producen relatos del mundo” (Hammersley & Atkinson, 1994, p. 141). Para ordenar teóricamente el trabajo, se tomaron como base las categorías de la sociología del periodismo (Hernández, 2018), con énfasis en las prácticas que conforman al periodismo colaborativo (Martínez & Ramos, 2020), en el contexto de la emergencia sanitaria.

El 31 de marzo de 2020, mediante decreto presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación, fue establecida la Jornada Nacional de Sana Distancia en México como medida del gobierno federal para contener la propagación del virus SARS-Cov2. Se ordenó la suspensión inmediata de todas las actividades del país a excepción de las consideradas como “esenciales”, dentro de las cuales se encontraba la de los medios de información[2] (Secretaría de Salud, 2020). En este trabajo se explora el periodismo colaborativo (Calvo, 2013; Ford, Gonzales, & Quade, 2020; Martínez & Ramos, 2020) que tiene antecedentes en experiencias como:

-              México Leaks[3]

-              Panama Papers[4]

-              Red Rompe el Miedo[5]

-              Verificado19s y Verificado2018[6].

Como estrategia de acercamiento al fenómeno, se aprovechó la iniciativa #TómateloEnSerioMX, convocada por la Red de Periodistas de a Pie (Red de Periodistas de a Pie, 2021b). Esta Red es una organización reconocida en el ámbito del periodismo independiente en México. Además de liderar la formación de redes de periodistas en gran parte de los estados del país, ha conformado la Alianza de Medios para la Libertad de Expresión (Ramos & Mendoza, 2021; Red de Periodistas de a Pie, 2021a), un esfuerzo sinérgico –es decir, coordinado, cooperativo y participativo– para el ejercicio del periodismo con parámetros de alta calidad y compromiso cívico.

La iniciativa #TómateloEnSerioMX reunió a 48 medios digitales de diferentes regiones del país, los cuales se propusieron generar y dar difusión a mensajes elaborados de forma coordinada en relación con el brote de COVID-19 en México, así como realizar labores de verificación de información (Red de Periodistas de a Pie, 2020). En la tabla 1 se presenta la relación de los medios incorporados a la iniciativa.

 

Tabla 1

Medios digitales nativos participantes en la iniciativa #TómateloEnSerioMX.

 

Nombre

Dirección web

Ubicación

  1. Agencia Sien

http://agenciasien.com.mx/

Campeche

  1. Animal Político

https://www.animalpolitico.com/

Ciudad de México

  1. Apuntes de Rabona

https://apuntesderabona.com/

Ciudad de México

  1. Aquí Noticias

https://aquinoticias.mx/

Chiapas

  1. Así es Cancún

https://asiescancun.mx/

Quintana Roo

  1. CDMX

https://capital-cdmx.org/

Ciudad de México

  1. Chiapas Paralelo

https://www.chiapasparalelo.com/

Chiapas

  1. Chilango

https://www.chilango.com/

Ciudad de México

  1. Conexión Migrante

https://conexionmigrante.com/

Los Ángeles, California

  1. Crónicas de Asfalto

https://cronicasdeasfalto.com/

Ciudad de México

  1. Distintas Latitudes

https://distintaslatitudes.net/

Indefinida

  1. El Despertador Panamericano

http://eldespertadorpanamericano.com/

Jalisco

  1. El Madrazo

https://elmadrazo.com.mx/

Quintana Roo

  1. El Mal Pensado

https://elmalpensado.com/inicio/

Sonora

  1. El Míster

http://elmister.info/

Indefinida

  1. El Otro Enfoque

https://elotroenfoque.mx/

Guanajuato

  1. Escenario Tlaxcala

https://escenariotlx.com/

Tlaxcala

  1. Factual

https://www.factual.com.mx/

Indefinida

  1. Generación Medios

http://www.generacionmedios.com/

Quintana Roo

  1. La Brecha

https://labrecha.me/

San Luis Potosí

  1. La Verdad

https://laverdadjuarez.com/

Chihuahua

  1. Lado B

https://ladobe.com.mx/

Puebla

  1. Letra Fría

https://letrafria.com/

Jalisco

  1. Los Ángeles Press

https://losangelespress.org/

Los Ángeles, California

  1. Malvestida

https://malvestida.com/

Indefinida

  1. Manatí

https://manati.mx/

Puebla

  1. Mundo Nuestro

http://mundonuestro.mx/

Puebla

  1. Noroeste

https://www.noroeste.com.mx/

Sinaloa

  1. ObturadorMX

http://www.obturador.mx/

Ciudad de México

  1. Página 3

https://pagina3.mx/

Oaxaca

  1. Perimetral

https://perimetral.press/

Jalisco

  1. Pie de Página

https://piedepagina.mx/

Ciudad de México

  1. Poblanerías

https://www.poblanerias.com/

Puebla

  1. Pop Lab

https://poplab.mx/

Guanajuato

  1. Quinto Elemento

https://quintoelab.org/

Ciudad de México

  1. Red es Poder

https://www.redespoder.com/

Coahuila

  1. Rodada 2.0

https://rodadadospuntocero.mx/

Ciudad de México

  1. Ruido

https://www.hazruido.mx/

Yucatán

  1. RuidoEnLaRed

https://ruidoenlared.com/

Ciudad de México

  1. Ruptura 360

https://ruptura360.mx/

Quintana Roo

  1. Serendipia

https://serendipia.digital/

Indefinida

  1. SinEmbargo

https://www.sinembargo.mx/

Ciudad de México

  1. Social TIC

https://socialtic.org/

Veracruz

  1. Son Playas

https://sonplayas.com/

Sinaloa

  1. Telokwento

https://www.telokwento.com/

Indefinida

  1. Verificado

https://verificado.com.mx/

Nuevo León

  1. Voz es Guanajuato

https://bit.ly/3a84Vsd

Guanajuato

  1. Zona Docs

https://www.zonadocs.mx/

Jalisco

Fuente: Elaboración propia con datos del sitio Pie de Página (Red de Periodistas de a Pie, 2020).

 

Esta iniciativa, al representar un espacio de confluencia para un conjunto de medios periodísticos bien identificados, permite aproximarse analíticamente al objeto analítico de estudio. El objetivo de la iniciativa, publicado en el portal Pie de Página, muestra su disposición para participar en una estrategia motu proprio de comunicación a favor de la población:

Generar y difundir mensajes coordinados y verificados sobre las medidas de aislamiento social, sana distancia, cuidados y protección sanitaria implementadas por el gobierno mexicano ante el incremento de los contagios en nuestro país, informar de manera puntual sobre los mecanismos de atención a grupos vulnerables en esta coyuntura (adultos mayores, mujeres, migrantes, poblaciones con comorbilidades), brindar consejos de seguridad digital a nuestros usuarios, para no caer en trampas o delitos cibernéticos en esta emergencia, compartir mejores prácticas de seguridad sanitaria para nuestros equipos, reporteros y periodistas cubriendo la emergencia asociada al COVID-19. (Red de Periodistas de a Pie, 2020, p. 1)

 

Cabe señalar que el sector de los medios digitales no es el dominante en cuanto a oferta periodística se refiere. No existen cifras que permitan establecerlo con certeza; una estimación reciente considera que constituyen el 4.8 % del total de medios de comunicación con contenidos informativos en México (Márquez-Ramírez & Hughes, 2017). Sin embargo, en términos cualitativos, este sector ha alcanzado gran reconocimiento en presencia pública, la obtención de premios regionales, nacionales e internacionales por trabajos y trayectorias, además de conseguir recursos por parte de diversos organismos para desarrollar proyectos periodísticos con enfoque democrático (De León-Vázquez, 2018b; Harlow & Salaverría, 2016; Ramos & Mendoza, 2021).

El artículo está constituido por cinco partes: la primera corresponde a la presente introducción; en la segunda, se incluyen los antecedentes y formulaciones teóricas del estudio. La tercera, presenta la estrategia metodológica de carácter cualitativo centrada en entrevistas semiestructuradas. En la cuarta parte se muestran los resultados y, finalmente, en la quinta, las conclusiones, en donde se ofrece una reflexión integral a partir de los datos.

 

Antecedentes y enfoques teóricos.

La comunicación de riesgos y el periodismo colaborativo

Existe un variado conjunto de trabajos sobre el estudio del periodismo en contexto de crisis sanitaria. Hallin et al. (2020) compararon la cobertura de la epidemia de influenza AH1N1 en tres diarios de Argentina, Estados Unidos de América y Venezuela, respectivamente; encontraron que los medios favorecieron los esfuerzos sanitarios de las autoridades y la contención de alarma en los discursos sobre el virus. Por su parte, Muñiz (2011), identificó los patrones de consumo de noticias para informarse sobre la propagación del virus AH1N1. El análisis de la cobertura mediática de la epidemia de Ébola, en Ghana, realizado por Thompson (2019), muestra la importancia de los medios para difundir información sobre la salud a una población multilingüe y débilmente alfabetizada.

Existen varios trabajos y análisis realizados desde diferentes ámbitos para entender la problemática periodística asociada al brote de COVID-19. Un primer conjunto de trabajos trata los diagnósticos no académicos, realizados por periodistas y organizaciones civiles, preocupados por los riesgos asumidos por los informadores al cubrir la pandemia. Tales riesgos son el contagio, el incremento de la precarización, los abusos patronales (Morales, 2020; Red de Periodistas de a Pie, 2021c; Red de Periodistas de Quintana Roo, 2020), y las violaciones a la libertad de expresión (Freedom House, 2020).

Un segundo conjunto trata los estudios académicos, entre los que es posible identificar cuatro grandes tendencias. En primer lugar, se encuentran los encaminados a conocer la percepción ciudadana sobre la enfermedad mediante el consumo de medios (Bratu, 2020; Casero-Ripolles, 2020; A. Hernández, 2020; Khairy, 2019; Lázaro-Rodríguez & Herrera-Viedma, 2020; Muñiz, 2020). Una segunda tendencia corresponde a los trabajos desarrollados para identificar las características y los efectos de la información falsa acerca del COVID-19 (Akintande & Olubusoye, 2020; Elías & Catalan-Matamoros, 2020; Salaverría et al., 2020).

La tercera tendencia es la representada por los análisis del rol del periodismo, la agenda informativa y la responsabilidad de los medios informativos en la producción de noticias sobre la pandemia (Kunelius, 2020; La et al., 2020; Lewis, 2020; Navarro, 2021; Olsen, Pickard, & Westlund, 2020; Papapicco, 2020; Sharma et al., 2020; Wormer, 2020). La cuarta tendencia se refiere a los estudios sobre las estrategias que desde la comunicación gubernamental se establecieron para enfrentar la pandemia (Cárdenas & Pineda, 2021; Llano & Águila, 2020).

Para nuestro análisis partimos de la premisa de la proliferación de plataformas digitales que permite el acceso irrestricto a información de una gran cantidad de individuos, quienes también pueden interactuar con los contenidos que circulan en esas plataformas (Padilla, De León-Vázquez, & Medina, 2019). Esta facilidad de acceso trae consigo el problema de la desinformación y la sobreinformación, puesto que buena parte de esos contenidos se producen sin estándares confiables y constituyen un problema en diferentes escalas, dimensiones y temas, entre los que se encuentra la salud.

Este trabajo está formulado a partir de tres ejes teóricos: a) la actividad periodística en el sistema de comunicación de riesgos, b) la proliferación de información falsa, y c) el periodismo colaborativo. Estos ejes se encuentran articulados debido a que la proliferación de noticias falsas representa una problemática que los organismos encargados de la salud pública deben atender, y corresponde a los Estados la formulación de estrategias de comunicación de riesgos.

Por su parte, al periodismo colaborativo constituye como una práctica coordinada de diversos equipos de periodistas, bajo una orientación cívica. Como tal, le corresponde participar a manera de aliado para apoyar las estrategias de promoción de la salud. Dichas estrategias forman parte de las acciones de la comunicación de riesgos. Mientras que la comunicación de riesgos representa un área de especialización integrada a la disciplina de la salud pública. Su objetivo se orienta a la recuperación de evidencias y la generación de información que permita identificar el tipo de acción sanitaria que se necesita para enfrentar los brotes infecciosos, así como diversas emergencias de salud:

La principal distinción actual entre la comunicación de riesgos y otras formas de comunicación es que la comunicación de riesgos facilita una respuesta eficaz a un brote al abordar los desafíos en el entorno social del brote de enfermedad. Para ello, sustituye la comunicación unidireccional por un diálogo bidireccional entre las diversas partes interesadas: tomadores de decisiones, científicos, expertos técnicos, equipos de respuesta, comunidades, trabajadores de la salud, socios, organizaciones no gubernamentales (ONG) e individuos; y en los muchos sectores que inevitablemente están involucrados en la respuesta a los brotes de enfermedades[7] (Gamhewage, 2016, p. 89).

 

De manera que el periodismo especializado en salud es una práctica directamente relacionada con las acciones de la comunicación de riesgos. Su especificidad radica en facilitar la interacción de los expertos en salud con la ciudadanía, en lo que se refiere a las necesidades de información.

Montes de Oca & Urbina (2015) indican que este tipo de periodismo genera mensajes noticiosos plurales y complejos en los que se informa sobre los procesos de salud, los individuales y los colectivos. Asimismo, sirve para favorecer el intercambio del conocimiento entre los diferentes actores de la salud pública.

Sin embargo, cabe distinguir junto con Navarro (2021), que en el contexto de América Latina el periodismo en salud es un tema de cobertura pero no una práctica especializada. En esta región, la consolidación de la profesión periodística no ha llegado a la especialización en ese nivel. Por lo regular los periodistas que se encargan de la salud y la ciencia en los medios generales, lo hacen dentro de un conjunto de asignaciones de cobertura de las que pueden estar cercanos o distantes, en función de las coyunturas y las agendas informativas. No hay una regla que permita precisarlo.

Por otro lado, la proliferación de información falsa o fake news ha sido uno de los debates principales relacionados con las noticias de la pandemia por COVID-19. Rodrigo-Alsina (2019) plantea que las fake news están incorporadas dentro de otro problema más complejo: la posverdad. El autor la conceptualiza como una acción intencionada para obligar a alguien a creer en algo. Esa acción aparece apoyada por herramientas tecnológicas. Entre las herramientas más usuales se encuentran los medios sociales, la conformación de algoritmos y la utilización de bots. Un periodismo ético representa una de las mejores opciones para imponerse sobre los relatos falsificados.

Esto es porque, de acuerdo con Rodrigo-Alsina (2019, p. 229), “al periodista se le atribuyen unas competencias profesionales y un código deontológico” que son condiciones de su profesionalización, y exigibles como parte de su labor informativa. Esto constituye una diferencia sustancial con otros actores que informan, y que no poseen esa mediación ética en la producción de sus mensajes.

Con relación al periodismo colaborativo, éste constituye un tipo de periodismo particularmente convencido sobre ese planteamiento de ética y responsabilidad cívica. Tiene origen en las experiencias de periodistas independientes que se organizan en equipos de trabajo y buscan apoyarse entre sí, utilizando herramientas digitales, influenciados por la cultura wiki de la colaboración y trabajando en red. Constituyen una alternativa frente a la gran prensa corporativa, industrial o mainstream (Calvo, 2013; Celecia, 2019, 2020; De León-Vázquez, 2018a; Ford et al., 2020; Harlow & Salaverría, 2016; Heft, Alfter, & Barbara, 2019; Martínez & Ramos, 2020). Los autores Martínez & Ramos (2020, p. 4) proveen la siguiente definición:

Entendemos al periodismo colaborativo como un proyecto formal o informal, en donde periodistas de diferentes medios de información, y con frecuencia de diferentes zonas geográficas, unen esfuerzos para recabar información de interés público, procesarla y distribuirla de manera conjunta, apoyados en tecnologías de comunicación y en ciudadanos interesados y/o involucrados con los problemas de la agenda periodística.

 

El periodismo colaborativo es un fenómeno emergente en América Latina. Por lo general, es practicado por medios digitales independientes, con bajo presupuesto y con orientación cívica; se presenta como alternativa a la gran prensa industrial (Celecia, 2020; Harlow & Salaverría, 2016). Esto es relevante porque la prensa industrial está fuertemente determinada por las lógicas capitalistas empresariales de mercantatilización de los espacios y los productos periodísticos (Fishman, 1983; González-Molina, 1990; McNair, 1998; Ramonet, 2011; Voltmer, 2013).

Los trabajos académicos sobre los medios digitales alternativos involucrados en prácticas colaborativas otorgan evidencia de que, debido a sus apuestas de financiamiento –a través de fondeadoras, fundaciones y agencias internacionales para el desarrollo democrático–, sus agendas, sus valores noticiosos y rutinas de producción, privilegian tratamientos periodísticos de responsabilidad cívica, no necesariamente regidos por las determinaciones mercantiles de la prensa industrial, y en ese sentido, más cercanos a las problemáticas ciudadanas (Celecia, 2020; De León-Vázquez, 2018b; Martínez & Ramos, 2020; Salaverría, Sádaba, Breiner, & Warner, 2019).

Estas experiencias también pueden ser comprendidas como comunidades profesionales de práctica (Meltzer & Martik, 2017). Los periodistas que participan en proyectos colaborativos se asumen como una comunidad que comparte valores, ideales, formas de ejercer su profesión, incluso una actitud crítica frente a las características de la prensa industrial. En el caso de México, está también implicada de una forma de clientelismo político conocida como “oficialismo” (Bohmann, 1994; Hallin, 2000), contra la cual se posicionan los periodistas que asumen este tipo de rol cívico (Martínez & Ramos, 2020).

 

Metodología

La investigación tiene una orientación interpretativa-comprensiva, y fue conducida bajo la pregunta ¿Cómo conciben los periodistas su práctica en la cobertura de la pandemia por COVID-19, en el marco de una experiencia colaborativa en México? Para esta investigación se ha tomado como punto de partida la iniciativa #TómateloEnSerioMX mencionada párrafos atrás. Se utilizó la entrevista semiestructurada, en la que se plantean preguntas definidas y ordenadas en un instrumento conocido como guía de entrevista. La guía se aplica por igual a todos los sujetos del estudio (Díaz-Bravo, Torruco-García, Martínez-Hernández, & Varela-Ruiz, 2013). Para este caso se formuló una guía de entrevista organizada en cuatro ítems:

  1. Datos generales de los periodistas participantes (edad, género, actividad, tiempo de experiencia, etc.).
  2. Particularidades de sus procedimeintos de producción de mensajes periodísticos (procesos, fuentes informativas, tratamiento de los datos).
  3. Construcción de la agenda y criterios de noticiabilidad (temas y sus atributos, valores noticiosos).
  4. Consideraciones sobre la función del periodismo frente a la pandemia por COVID-19.

Las entrevistas fueron auto administradas a través de un formulario en línea. Uno de los investigadores estuvo asistiendo de manera remota a los entrevistados –en ese momento permanecía el confinamiento social– entre abril y julio de 2020. Las respuestas fueron analizadas mediante las categorías de rutinas de producción periodística y valores noticiosos procedentes de la perspectiva de sociología del periodismo (Schudson, 1997), en articulación con las condiciones de la emergencia sanitaria. La manera de convocar a los participantes fue a través de contacto directo por medio de los datos de contacto provistos en sus sitios web, y obtuvo respuesta positiva de 26 periodistas. Los participantes se distribuyeron en 15 entidades federativas, como puede observarse en la Tabla 2. Los datos fueron anonimizados para respetar la confidencialidad de los periodistas.

 

Tabla 2
Características generales de los periodistas entrevistados.

 

Clave

Género

Ubicación

Puesto

Edad

Experiencia

Otra actividad

 

 

 

 

Años

 

E1

Femenino

Aguascalientes

Reportero

31 a 40

6 a 10

Ninguna

E2

Femenino

Aguascalientes

Reportero

41 a 50

20 +

Otra profesión

E3

Femenino

Baja California

Reportero

18 a 30

6 a 10

Otra profesión

E4

Femenino

Baja California

Reportero

41 a 50

20 +

Otra profesión

E5

Femenino

Baja California

Reportero

41 a 50

20 +

Negocio propio

E6

Femenino

Baja California

Reportero

31 a 40

6 a 10

Productora agrícola

E7

Femenino

CDMX

Reportero

31 a 40

11 a 15

Ninguna

E8

Femenino

CDMX

Directivo

31 a 40

11 a 15

Gestor de contenidos

E9

Femenino

Chihuahua

Reportero

41 a 50

20 +

Ninguna

E10

Femenino

Coahuila

Reportero

41 a 50

20 +

Negocio propio

E11

Femenino

Guanajuato

Reportero

18 a 30

1 a 5

Negocio propio

E12

Femenino

Querétaro

Directivo

31 a 40

16 a 20

Docencia

E13

Femenino

Quintana Roo

Reportero

18 a 30

6 a 10

Ninguna

E14

Femenino

Tamaulipas

Reportero

41 a 50

20 +

Ninguna

E15

Femenino

Tamaulipas

Directivo

51 +

16 a 20

Construcción

E16

Femenino

Veracruz

Reportero

41 a 50

20 +

Docencia

E17

Femenino

Yucatán

Reportero

18 a 30

1 a 5

Ninguna

E18

Masculino

Oaxaca

Reportero

31 a 40

16 a 20

Negocio propio

E19

Masculino

CDMX

Reportero

51 +

20 +

Docencia

E20

Masculino

Sinaloa

Editor

51 +

20 +

Docencia

E21

Masculino

Veracruz

Productor de contenidos

41 a 50

20 +

Docencia

E22

Masculino

Puebla

Directivo

31 a 40

11 a 15

Docencia

E23

Masculino

Baja California

Reportero

31 a 40

6 a 10

Corrección de textos

E24

Masculino

San Luis Potosí

Directivo

51 +

20 +

Negocio propio

E25

Masculino

Jalisco

Editor

31 a 40

16 a 20

Docencia

E26

Masculino

Quintana Roo

Editor

31 a 40

6 a 10

Otra profesión

Fuente: elaboración propia

 

Resultados

Los datos de la Tabla 2 nos muestran diferentes características de los periodistas participantes. Se observa que la mayoría son mujeres; un total de 17, frente a nueve hombres. Por ser un estudio cualitativo no debe considerarse que la distribución de este conjunto es representativa de la población de periodistas de los medios digitales en México[8]; por lo que su utilidad es meramente descriptiva de los rasgos de los participantes.

En relación con su actividad laboral, encontramos que 17 entrevistados fungían como reporteros, cinco como directivos, tres eran editores y uno era productor de contenidos. Si relacionamos ambas características, se observa que 14 reporteras son mujeres, mientras que sólo hay tres hombres que hacen labor reporteril. También se muestra que tres mujeres y dos hombres ocupan puestos directivos. Los editores y el productor de contenidos son todos hombres. Aunque estos datos son insuficientes para evaluar las condiciones de género, como se aclaró antes, es conveniente considerar que trabajos elaborados con perspectiva de género, como el de Lagunes & Celestino (2015), indican que un mayor porcentaje de mujeres ocupa los puestos no directivos en los medios informativos.

En lo que se refiere a la edad, la mayor parte de los entrevistados tienen más de 30 años; mientras que más de la mitad han ejercido la profesión durante más de 10 años. En ese sentido, es posible considerar que el grupo presenta estabilidad y experiencia en la práctica del periodismo, pues habitan consistentemente ese mundo social (Pereira, 2010).

La última columna de la Tabla 2 ofrece datos sobre la combinación del ejercicio del periodismo con otras actividades profesionales. Este aspecto constituye un debate en el caso de los medios digitales alternativos, ante la discusión de su reconocimiento como periodista cuando se incursiona en otras actividades laborales. Esa condición profesional ambivalente suele adquirir relevancia, particularmente, en los casos de violencia contra periodistas, cuando las autoridades se muestran renuentes a relacionar las agresiones con su actividad informativa (Brambila, 2018; De la Rosa & Salgado, 2020; De León-Vázquez & González, 2020). En este caso, se observa que la mitad se dedican solamente al periodismo o lo combinan con la docencia, mientras que la otra mitad sí tiene otro tipo de actividades laborales o profesionales distintas al periodismo.

Los datos recabados para esta dimensión demuestran que los participantes se encuentran conformados de forma diversa: son mujeres y hombres que se ubican en diferentes emplazamientos geográficos, ocupan distintos puestos laborales, hay una distribución amplia respecto a su edad, así como del tiempo de experiencia en el ejercicio de su profesión. Estos aspectos significan distintas posiciones y visiones dentro de la estructura de la producción informativa con referencia a la cobertura de la pandemia.

 

a)        Prácticas de producción periodística: cubrir las noticias en pandemia, desafíos y riesgos

Las primeras fases del confinamiento ordenado por el Estado mexicano para mitigar la pandemia plantearon desafíos para el trabajo periodístico. Los hallazgos de esta investigación muestran que parte de las prácticas de cobertura periodística se transformaron durante este periodo, en relación con la normalidad de las rutinas de producción noticiosa. Aún no se puede saber en qué medida esos cambios pueden llegar a ser permanentes. Uno de los aspectos fundamentales de ese cambio fue el trabajo a distancia.

Los entrevistados reconocen que el confinamiento social modificó aspectos de las rutinas de recopilación de información, al limitar los recorridos por las fuentes informativas. Esto redujo significativamente la co-presencia de los periodistas y sus informantes durante los primeros meses de la pandemia en México. La relevancia consiste en que trasladó el atestiguamiento directo de los acontecimientos –en tanto que el periodista se inviste con este privilegio para auscultar lo público (Bernier, 2005)–, al atestiguamiento mediado por los dispositivos y plataformas de comunicación a distancia.

Reportear desde casa, frente a las pantallas, apuntó a disminuir la capacidad de agencia de los periodistas, al reducir las oportunidades de confrontar y cuestionar directamente a los representantes de las fuentes informativas. Tal aspecto, contribuyó a que las agendas institucionales permanecieran por encima de las agendas noticiosas en la cobertura, no sólo de la pandemia, sino de prácticamente todos los asuntos públicos durante el periodo del confinamiento. Un ejemplo ilustrativo lo proporciona uno de los entrevistados, al referirse a las estrategias de sus fuentes para difundir información durante la cuarentena: “la comunicación con las fuentes de gobierno locales no ha sido abierta, han optado por videos en donde no hay apertura a las preguntas. Es un canal de comunicación unidireccional” (Entrevista con E6[9]).

Esta situación fue enunciada recurrentemente en las entrevistas, aunque de diferentes maneras e implicaciones: el uso del confinamiento social como pretexto para la falta de transparencia, el incumplimiento en los procedimientos y tiempos institucionales, el hermetismo sobre temas delicados, el uso de recursos digitales para difundir información a modo ante la imposibilidad de los periodistas de cuestionar las declaraciones en el momento, así como la dificultad de establecer contacto con los informantes, entre las principales. Pero en todos los casos, sugiere que uno de los riesgos del distanciamiento social para la labor periodística fue la aparición de vacíos de información que podrían dar paso a la diseminación de noticias falsas.

Como ocurrió en los demás órdenes de la vida social, los periodistas tuvieron que replantear algunas de sus prácticas ante esa exigencia de quedarse en casa. El periodismo colaborativo permitió solventar algunos de los problemas mediante la cooperación. De acuerdo con los entrevistados, la colaboración consistió, principalmente, en enlazarse entre sí para compartir, de primera mano, información relativa al COVID-19. Esto permitió desplegar una red de reporteros locales en diferentes estados, y así tener la posibilidad de contrastar la información entre regiones, así como con la proveniente de las fuentes de jerarquía nacional. Este ejercicio coincide con los estudios previos sobre la práctica del periodismo colaborativo.

Bajo la nueva condicionante de migrar el trabajo reporteril a los dispositivos y plataformas digitales, el reconocido contrato implícito entre fuentes y reporteros –una relación simbiótica– se mantuvo, para los entrevistados, como la estructura principal del acceso a los datos. Esa relación representa el vínculo por el cual permanece la confianza entre los actores, aun sin la interacción cara a cara. En una de las entrevistas, una reportera lo sintetiza de la siguiente manera: “me baso en mis relaciones con los actores políticos y privados para contactarlos vía telefónica, además de dar seguimiento a las transmisiones en vivo que hacen en redes sociales o comunicados” (Entrevista con E4).

A la par, en algunos ámbitos la cobertura periodística permaneció de manera presencial. Esto se debió, por una parte, a que la orden presidencial por la que se decretó el confinamiento en marzo del 2020 exceptuaba a las actividades consideradas “esenciales”, entre las que se encontraban las labores de los medios noticiosos, dada la importancia de mantener informada a la ciudadanía durante la contingencia (Secretaría de Salud, 2020).

Por otra parte, obedeció a que ocurrieron actividades que exigieron la cobertura presencial, por ejemplo: las protestas, el seguimiento de las penurias de los ciudadanos para conseguir oxígeno, las historias específicas de los contagios y, por supuesto, las ruedas de prensa y otros eventos mediáticos convocados por las instituciones. En esos casos, los periodistas establecieron protocolos de seguridad sanitaria, casi siempre de manera personal, pues la mayoría de los medios no otorgó equipo necesario para preservar la salud. Al respecto, en una entrevista se señala lo siguiente:

En caso de protestas, incidentes de seguridad u otros eventos que requieran presencia física, primero trato de corroborar con otros medios o con colegas y después me presento. No cuento con equipo de seguridad. Cabe mencionar que la jefatura de información no me ordena salir, yo lo hago por iniciativa propia para conseguir la información (Entrevista con E17).

 

Si bien, en el discurso el entrevistado disculpó a la jefatura y asumió el riesgo de sus salidas, no por ello el medio queda exento de la responsabilidad de proveer seguridad a sus trabajadores en el ejercicio de sus labores. En un sentido más profundo, la entrevistada se obliga a sí misma a hacer la cobertura física de ciertos acontecimientos, no porque sea temeraria, sino porque ha interiorizado en su práctica las exigencias de la profesión, materializadas en los criterios organizacionales de los medios informativos para contar con la información de primera mano (De León-Vázquez, 2003). De manera que la discusión escala de una decisión individual a las exigencias organizacionales implícitas en las expectativas que se tiene de los reporteros (Hernández, 1992). Según la teoría, es posible que algunas de estas exigencias organizacionales se pongan en pausa ante la emergencia sanitaria, cuando las condiciones extraordinarias del contexto rearticulan las rutinas de producción periodística (Berkowitz, 1992), pero no ocurre así en todos los casos.

Esta situación fue frecuente entre los participantes, al revelarse como una dimensión nueva de la precariedad y desprotección social a la que se enfrentan los periodistas[10]. En los primeros meses de pandemia en México, se reconoció la actividad periodística como una de alto riesgo por el contacto personal y la presencia en actividades que congregan a una gran cantidad de individuos. La mayoría de los periodistas independientes se encuentran fuera del esquema de seguridad social, lo que implica un riesgo mayor en caso de contraer el COVID-19. A finales del mes julio de 2020 se registraban en México 18 fallecimientos de informadores relacionados con el COVID-19 (Villa, 2020).

 

b)         Agenda y noticiabilidad

Se solicitó que los periodistas participantes indicaran cuáles temas y subtemas adquirieron preponderancia para su medio informativo en la cobertura de la pandemia. También se les pidió evaluar los criterios de noticiabilidad o valores noticiosos. El punto de partida para esta dimensión fue la suposición de que el COVID-19 fue uno de los grandes temas, si no es que el más importante, en los mensajes periodísticos en todo el mundo. Sin embargo, no se trata de un tema monolítico, la Tabla 3 enlista los principales subtemas que los entrevistados reconocen como constituyentes de los discursos periodísticos sobre la pandemia elaborados en sus medios informativos.

 

Tabla 3

Subtemas del COVID-19 en la agenda periodística, según menciones de los entrevistados
(10 primeros).

 

Subtema

Cantidad de menciones

1.

Economía, económico, crisis económica

25

2.

Política, políticas públicas

10

3.

Salud

9

4.

Temas sociales

9

5.

Violencia, inseguridad

9

6.

Derechos

5

7.

Medidas frente al COVID-19

5

8.

Cierre (de negocios, escuelas, instituciones, etc.)

4

9.

Empleo

4

10.

Entretenimiento

4

Fuente: Elaboración propia.

 

La importancia de la Tabla 3 consiste en que se revela el mantenimiento de la estructura temática tradicional de la cobertura periodística, centrada en los asuntos económicos y políticos. Las noticias así elaboradas se conocen en el argot como hard-news, denominadas así porque en el modelo liberal de la prensa de vigilancia –watchdog–, es en estos ámbitos donde ocurre lo “importante”, lo que se debe escrutar públicamente. Existen, por oposición, las soft-news, en las que se registran acontecimientos de la vida cotidiana, de interés humano, de “color”, e incluso frívolos, que corresponderían a los subtemas cuarto en adelante y que, como lo sugiere la jerarquía del listado, reciben menor atención (Berkowitz, 1992; Reinemann et al., 2012).

La salud, que ocupa el tercer sitio, identificamos que se constituyó en un subtema bisagra en el contexto pandémico. Actuó como trama de fondo sobre la que actualizaron las demás temáticas, siendo el punto de referencia de la mayoría de los acontecimientos. A pesar de eso, consideramos que el comportamiento periodístico de la pandemia no trastocó realmente las narrativas informativas de los medios participantes en la iniciativa #TómateloEnSerioMX, sino que se montó sobre la estructura temática ya existente.

Esto no significa que se menosprecie los subtemas distintos a lo político-económico. Como dijimos previamente, la pandemia no representa un tema monolítico, y estos otros subtemas muestran la amplitud de aproximaciones informativas a la pandemia como la inseguridad, la violencia, los derechos humanos, el empleo y el esparcimiento. En voz de los entrevistados, tales subtemas adquieren sentido de diversas formas: “hemos buscado trabajar en dos áreas: la incidencia de la epidemia y lo que ésta genera más allá de los contagios, centrados sobre todo en la violación a los derechos humanos” (Entrevista con E20); “hace falta profundizar en las historias de contexto y la contingencia no lo permite, todo se vuelven cifras de enfermos y muertos y no ayuda a entender la repercusión social del contagio” (Entrevista con E21).

En relación con la noticiabilidad, la Tabla 4 indica cómo los entrevistados evaluaron los valores-noticia, utilizando una escala de orden. Los ítems se refieren a la consulta hecha a los entrevistados sobre su propia percepción del tratamiento noticioso del COVID-19, durante los primeros meses de la pandemia en México. Se consideran los valores-noticia tradicionales como la exclusividad de la información, la notoriedad de la fuente informativa, la geografía de las noticias –que aquí nombramos contexto de referencia–, y la notoriedad del tema –que aquí denominamos contenido– (Gans, 1980; González-Molina, 1986). Adicionamos uno reciente que se ha incorporado como parte de la práctica del periodismo colaborativo: la verificación de datos (Galarza-Molina, 2020).

 

 

Tabla 4

Elementos de noticiabilidad durante los primeros meses de la cobertura del brote de COVID-19 en México, según percepción de los entrevistados, N=26.

 

Elementos evaluados

Escala

1

2

3

4

5

Exclusividad de la inf.

3

2

10

5

6

Fuente informativa

0

0

1

6

19

Contenido o tema

0

0

2

6

18

Contexto de referencia

0

0

1

10

15

Verificación de información

0

1

3

1

21

Nota: En la escala, el valor de 1 corresponde a la menor importancia y 5 a la mayor. Los números de la distribución son la cantidad de entrevistados que coinciden en cada valor de la escala.

Fuente: Elaboración propia.

 

Se muestra que el valor noticioso conocido como exclusividad de la información adquiere una evaluación distinta a los demás, pues parece que se desplaza paulatinamente hacia una menor importancia. El dato es muy relevante en el paradigma del periodismo colaborativo, al afianzarse entre estos actores la solidaridad de compartir información, en oposición a preservar celosamente la primicia como se concibe en la prensa industrial. No obstante, persiste una evaluación positiva al ubicar a este valor-noticia en el rango de media a mayor importancia.

Esta aparente ambivalencia es explicable, si se considera que el modelo dominante de periodismo en las sociedades contemporáneas es el liberal, con rasgos fincados en el mercado, la competencia empresarial, la ideología capitalista, la separación de la prensa y el Estado, la diferenciación entre noticias y opiniones, entre otros (Hallin & Mancini, 2004). La importancia de la exclusividad de la información forma parte de la ideología profesional de los periodistas en ese contexto, pero los valores profesionales no son estancos y pueden modificarse cuando se asumen otras condiciones o características para su práctica (Waisbord, 2013); como parece ser el caso del periodismo colaborativo.

Los demás valores noticiosos se comportan de manera muy similar al periodismo tradicional. Enseguida de la exclusividad se observa que se reconoce ampliamente la importancia de las fuentes informativas, es decir, la necesidad de contar con avales institucionales que validen la veracidad de los datos con los que se elaboran las noticias. Este valor es fundamental en la lucha contra la información falsa, particularmente la que ha circulado referente al brote de COVID-19, pues las fuentes informativas reconocidas –y reconocibles, en tanto que pueden ser citadas en el cuerpo de las noticias–, ofrecen la fiabilidad de la verificación y contrastación de los datos.

Los entrevistados reconocieron la necesidad de obtener información validada, en primer lugar, por las fuentes informativas oficiales y expertas, para evitar los bulos, tanto a nivel local como nacional: “recibo comunicados oficiales de las dependencias, comparo la información con bases de datos y consulto a expertos médicos, químicos, académicos, entre otros” (Entrevista con E17).

El tercer valor noticioso es el contenido de las noticias, es decir, la calidad de los datos con los que los textos noticiosos son elaborados. Aunque parezca una obviedad, porque es de suponerse que los productos periodísticos presentan datos organizados de los acontecimientos que reportan, no siempre el contenido de la información es lo relevante. Hay ocasiones en las que la fuente informativa adquiere mayor relevancia que la información misma,[11] como ocurrió constatemente en México con la figura del subsecretario de Promoción y Prevención de la Salud, Hugo López-Gatell, nombrado como vocero de la situación de la pandemia en México. Frecuentemente, el funcionario era la noticia, más que los datos ofrecidos. Los periodistas entrevistados para este trabajo consideraron que centrarse en el contenido tiene la misma importancia –a juzgar por los números de la tabla– que la valoración de la fuente informativa de donde esos datos proceden, son complementarios. Existe una dialéctica entre la fuente informativa y el contenido de las noticias (McNair, 1998), que es perceptible en estos resultados.

Un cuarto valor considerado en el estudio es el del contexto de referencia que, al igual que el anterior, es evaluado muy favorablemente por los entrevistados. La importancia de este valor consiste en la forma en la que los temas noticiosos adquieren el mayor sentido para los periodistas –y presumiblemente para sus audiencias– al revestirse con las características locales y regionales. De manera que, aunque la pandemia es un problema global, adquiere dimensiones particulares en la cobertura local de las problemáticas en contextos específicos. En una iniciativa colaborativa como la que se estudia, esto permite contrastar y, por lo tanto, comparar el avance, las condiciones, los conflictos y las soluciones que aparecen en los diferentes contextos de la cobertura.

En la evaluación de los valores-noticia se incorporó una actividad innovadora para el periodismo, la verificación de información (fact-checking), que ha encontrado un lugar protagónico en los medios digitales nativos.[12] Se agregó este criterio porque, de acuerdo con Galarza-Molina (2020), es una práctica del periodismo colaborativo; asimismo, en la declaración de la iniciativa #TómateloEnSerioMX se señala explícitamente como parte de su objetivo: “generar y difundir mensajes coordinados y verificados sobre las medidas de aislamiento social, sana distancia, cuidados y protección sanitaria implementadas por el gobierno mexicano ante el incremento de los contagios en nuestro país” (Red de Periodistas de a Pie, 2020, p. 1).

El fackt-checking se encarga de revisar noticias de las que se sospecha su falsedad (fake news) e identificar su origen para reconocer su veracidad. La verificación de información adquiere una gran importancia bajo la idea de la infodemia. Encontramos que, aunque esta práctica es incipiente, hay consenso entre los participantes de evaluarla favorablemente en términos del valor noticioso que adquiere.

 

Conclusión

Los hallazgos aquí presentados muestran de qué manera los participantes desarrollaron estrategias para mantener la cobertura periodística durante los primeros meses de confinamiento. En algunos casos significó adaptar las rutinas de producción periodística al trabajo en casa. En otros, asumir el riesgo de salir a reportear en un contexto incierto por el alto índice de contagios, sin que el medio les proporcionara el equipo sanitario adecuado, dejando de manifiesto otra cara de la precarización del trabajo periodístico que se visibilizó gracias al contexto pandémico.

Se identificó que la epidemia se ha tematizado periodísticamente, y este gran tema se desagrega, para su representación informativa, en subtemas como la economía, la política, la salud, los derechos humanos y la violencia, entre otros. De igual forma, dichos subtemas muestran un paralelismo con la organización de las noticias en hard-news y soft-news, de la cobertura tradicional en los medios periodísticos. Si se toma en cuenta el proceso de la construcción de la agenda mediática o agenda-building (McCombs, 2006), los datos apuntan a que el COVID-19 se superpone –periodísticamente– con los procesos amplios que enfrenta la sociedad como los económicos, políticos, sociales y culturales.

De forma consistente con la práctica del periodismo colaborativo, se observa que el valor que se asocia a la exclusividad de la información pierde relevancia para los participantes, en favor de socializar y compartir datos que pueden servir a varios medios para orientar mejor a la ciudadanía. Pero otros valores-noticia como la importancia de la fuente informativa, la notoriedad del tema y el contexto de referencia se mantienen como referentes de los parámetros profesionales mínimos para la producción noticiosa de calidad reconocidos por los participantes en este estudio.

Al mismo tiempo, y dada la especificidad de la materia de la cobertura –el COVID-19–, la valoración de los participantes confirma la incorporación de una práctica relativamente novedosa en el periodismo colaborativo: la verificación de noticias falsas, lo que coincide con los hallazgos de Galarza-Molina (2020). Esta práctica se inviste como un nuevo criterio de noticiabilidad, al aportar procedimientos de dilucidación de la veracidad de la información noticiosa.

Así pues, estos rasgos y su descripción, presentada en la sección de resultados, ofrecen una respuesta a la pregunta de investigación. Los datos recabados permiten identificar, desde la mirada de los actores sociales, cómo se realizó la cobertura informativa de los primeros meses de pandemia, mediante la práctica del periodismo colaborativo en México. Se identifica que se trató de un esfuerzo cívico de servicio a la ciudadanía, pero que, a pesar de las buenas intenciones, se reprodujeron problemáticas estructurales del periodismo mexicano como el riesgo y la precarización. Sin embargo, también se revelan adaptaciones en las rutinas de producción noticiosa y en los criterios de noticiabilidad frente al gran desafío de la crisis sanitaria global por el brote de COVID-19.

Una de las principales preocupaciones en el mundo en relación con la pandemia por COVID-19 ha sido la de incidir sobre el circuito información-sobreinformación-desinformación. La difusión de información correcta apoya las estrategias de comunicación de riesgos llevadas a cabo por los Estados, los organismos internacionales y las instituciones. Para ello es importante contar con propuestas informativas serias y suficientes, en cantidad y calidad, que permitan conocer con veracidad la situación para tomar decisiones vitales, y que de esta manera la información falsa sea evidenciada.

Al inicio de la pandemia, el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus (2020), señaló que la lucha es por igual contra la pandemia y la “infodemia”, porque “las noticias falsas se propagan con más rapidez y facilidad que el propio virus, y son igual de peligrosas”.

En ese sentido, se espera que las plataformas de comunicación del riesgo y el periodismo en salud contribuyan a atender esa problemática. Sin embargo, en México no hay una profesionalización del periodismo para la salud. Esto representa un obstáculo, aunado a la facilidad para la difusión de información falsa, o por lo menos confusa. Ya sea que se produzca con una intención deliberada por desinformar, o simplemente se carezca de parámetros profesionales, representa un desafío por propiciar prácticas sanitarias no adecuadas o posturas ideológicas sin fundamento.

A nivel internacional, iniciativas de verificación de datos como la International Fact-Checking Network ha impulsado acciones como #CoronavirusFactsAlliance (Örsek, 2021). En México, la iniciativa #TómateloEnSerioMX, que ha servido de base para este estudio, ha representado un esfuerzo colaborativo de medios informativos digitales, convocados por el portal informativo Pie de Página, en el que se ha ejercido actividad periodística bajo un rol cívico, con la finalidad explícita de contribuir a la contención de la pandemia mediante la elaboración de productos periodísticos orientadores para la ciudadanía. El rol cívico del periodismo digital colaborativo, en oposición a la actitud clientelar y comercial de los medios corporativos tradicionales, ha sido ya documentado por otros autores (Harlow & Salaverría, 2016; Martínez & Ramos, 2020; Salaverría et al., 2019), y nuestros resultados lo constatan nuevamente.

Por otro lado, varios de los medios informativos participantes de la iniciativa #TómateloEnSerioMX, incluyendo al convocante, se relacionan con colectivos o redes de periodistas. Son grupos independientes de informadores que han alcanzado una presencia importante en el espacio periodístico mexicano, varios de sus integrantes han obtenido premios dentro y fuera del país por la calidad de su trabajo periodístico, y se encuentran altamente comprometidos con temas como el mejoramiento de la profesión, la disminución de la violencia contra informadores, la transparencia, los derechos humanos, la lucha contra la corrupción, entre otros asuntos (De León-Vázquez, 2018a; Duarte, De León, & Hernández, 2019; García & Salazar, 2015; Ramos, 2021; Relly & González de Bustamante, 2014). Esto le otorga prestigio a la iniciativa.

 

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Salvador De León Vázquez

Mexicano. Doctor en estudios científico-sociales por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, con especialidad en estudios de la comunicación y la cultura. Es maestro en comunicación por la Universidad de Guadalajara y licenciado en medios masivos de comunicación por la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Actualmente se desempeña como profesor-investigador en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, en donde también coordina el doctorado en estudios socioculturales. Sus áreas de investigación son los estudios sobre periodismo y el análisis sociopolítico de la comunicación pública. Sus publicaciones recientes son: Desarrollo mediático. Una aproximación conceptual crítica (2021) Revista Mexicana de Opinión Pública, 30, 137-156 y Legislación sobre Comunicación Social en el Espacio Subnacional. El Caso de México (2020). Doxa Comunicación, 31, 167-185.

 

María Rebeca Padilla de la Torre

Mexicana. Doctora en estudios científico-sociales por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, con especialidad en estudios de la comunicación y la cultura. Es maestra en comunicación por la Universidad de Guadalajara y licenciada en medios masivos de comunicación por la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Actualmente se desempeña como profesora-investigadora en la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Sus áreas de investigación son los estudios de audiencias, las tecnologías de información y comunicación para el desarrollo social y el estudio sociocultural de las prácticas mediáticas. Sus publicaciones recientes son: Padilla, M.R., Cervantes, M., & Navarro, A. (2020). Narrativas periodísticas y ciudadanía juvenil. Análisis en diarios de Aguascalientes, México. Estudios Sobre El Mensaje Periodístico, 26(3), 1121-1132; Padilla, M.R. & Patiño, M.E. (2020). Tecnologías de la información y la comunicación para el desarrollo social: una propuesta metodológica. Paakat, Revista de Tecnología y Sociedad, 10(18), 1-20.

 



[1] Algunos datos presentados en este artículo fueron utilizados en la elaboración de la ponencia “El Periodismo Colaborativo en México en la Cobertura de la Pandemia de COVID-19”, en el panel Questões emergentes do trabalho jornalístico: olhares cruzados entre Argentina, Bélgica, México e Portugal el marco del 18 Encontro Nacional de Pesquisadores em Jornalismo, de la Associaçao Brasileira de Pesquisadores em Jornalismo, desarrollado del 2 al 6 de noviembre de 2020, en plataforma digital.

[2] De entre los diversos apelativos otorgados a los medios (de comunicación, de información, de difusión, entre los más usados), en este trabajo decidimos utilizar los que enfatizan la actividad periodística. En ese sentido, usamos los términos medios de información, medios informativos o medios periodísticos.

[3] México Leaks es un recurso electrónico que los ciudadanos pueden realizar denuncias anónimas, que los medios de comunicación asociados verificarán, para dar a conocer información crítica de interés público (Méxicoleaks, 2020).

[4] Panama Papers consistió en una iniciativa de tipo colaborativa, en la que participaron periodistas de diversos países con el objetivo de analizar miles de documentos de la firma Mossack Fonseca, para identificar fraudes y evasión fiscal de personas prominentes. Varios periodistas mexicanos colaboraron en este proyecto (International Consortium of Investigative Journalists, 2020; Zaidi, Wang, Ahmad, & Ping, 2017).

[5] Rompe el Miedo funciona como una red de periodistas y defensores de los derechos humanos. Ésta se activa cada vez que ocurre algún incidente de violencia contra ellos, y está coordinada por la organización Artículo 19 (Article 19, 2019).

[6] Las iniciativas Verificado19s y Verificado2018 se realizaron para verificar información falsa relacionada con el sismo del 19 de septiembre de 2017, así como de las elecciones federales de 2018. En estas iniciativas participaron de manera conjunta medios de comunicación, analistas, instituciones educativas de nivel superior y organizaciones de la sociedad civil (“Verificado 2018”, 2018; “Verificado19S”, 2019).

[7] Traducción propia.

[8] Para tener un punto de referencia respecto a una representatividad estadística, Márquez & Hughes (2017) calcularon que el 44.4 % de periodistas de medios digitales mexicanos son mujeres.

[9] Las claves anonimizadas (en este caso: E6) colocadas como referencia de los testimonios corresponde a las asignadas a los participantes en la Tabla 2.

[10] Para acercase a la discusión sobre la precariedad laboral de los periodistas en México se puede revisar a Reyna (2018, 2019), Blanco-Herrero, Oller & Arcila (2020) y González & Cepeda (2021).

[11] Que la fuente adquiera mayor relevancia informativa es, de hecho, el fundamento teórico del reconocimiento de la notoriedad de la fuente informativa como valor noticioso, constatado en el cuerpo de trabajos de la perspectiva de la sociología del periodismo (Espino, 2016; McNair, 1998; Schudson, 1997).

[12] Medio digital nativo es un término utilizado para designar a los medios informativos que aparecieron en Internet, sin tener antecedente en algún otro soporte distinto al digital como el impreso, radiofónico o televisivo (Suárez-Villegas, 2015; Tejedor & Pla, 2020; Tirado Pascual, 2016; Trujillo & Montero, 2019).